Yo leo a los maestros

miércoles, 23 de octubre de 2013

Jaime Sabines (1926 - 1999) México


Después de todo -pero después de todo-...

Después de todo -pero después de todo-
sólo se trata de acostarse juntos,
se trata de la carne,
de los cuerpos desnudos,
lámpara de la muerte en el mundo.

Gloria degollada, sobreviviente
del tiempo sordomudo,
mezquina paga de los que mueren juntos.

A la miseria del placer, eternidad,
condenaste la búsqueda, al injusto
fracaso encadenaste sed,
clavaste el corazón a un muro.

Se trata de mi cuerpo al que bendigo,
contra el que lucho,
el que ha de darme todo
en un silencio robusto
y el que se muere y mata a menudo.

Soledad, márcame con tu pie desnudo,
aprieta mi corazón como las uvas
y lléname la boca con su licor maduro.
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A estas horas, aquí

Habría que bailar ese danzón que tocan en el cabaret de abajo,
dejar mi cuarto encerrado
y bajar a bailar entre borrachos.
Uno es un tonto en una cama acostado,
sin mujer, aburrido, pensando,
sólo pensando.
No tengo "hambre de amor", pero no quiero
pasar todas las noches embrocado
mirándome los brazos,
o, apagada la luz, trazando líneas con la luz del cigarro.
Leer, o recordar,
o sentirme tufos de literato,
o esperar algo.
Habría que bajar a una calle desierta
y con las manos en la bolsas, despacio,
caminar con mis pies e irles diciendo:
uno, dos, tres, cuatro...
Este cielo de México es oscuro,
lleno de gatos,
con estrellas miedosas
y con el aire apretado.
(Anoche, sin embargo, había llovido
y era fresco, amoroso, delgado.)
Hoy habría que pasármela llorando
en una acera húmeda, al pie de un árbol,
o esperar un tranvía escandaloso
para gritar con fuerzas, bien alto.
Si yo tuviera un perro podría acariciarlo.
Si yo tuviera un hijo le enseñaría mi retrato
o le diría un cuento
que no dijera nada, pero que fuera largo.
Yo ya no quiero, no, yo ya no quiero
seguir todas las noches vigilando
cuándo voy a dormirme, cuándo.
Yo lo que quiero es que pase algo,
que me muera de veras
o que de veras esté fastidiado,
o cuando menos que se caiga el techo
de mi casa un rato.

La jaula que me cuente sus amores con el canario.
La pobre luna, a la que todavía le cantan los gitanos,
y la dulce luna de mi armario,
que me digan algo,
que me hablen en metáforas, como dicen que hablan,
este vino es amargo,
bajo la lengua tengo un escarabajo.

¡Qué bueno que se quedara mi cuarto
toda la noche solo,
hecho un tonto, mirando!
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A medianoche...

A medianoche, a punto de terminar agosto, pienso con tristeza en las hojas que caen de los calendarios incesantemente. Me siento el árbol de los calendarios.

Cada día, hijo mío, que se va para siempre, me deja preguntándome: si es huérfano el que pierde un padre, si es viudo el que ha perdido la esposa, ¿cómo se llama el que pierde un hijo?, ¿cómo, el que pierde el tiempo? Y si yo mismo soy el tiempo, ¿cómo he de llamarme, si me pierdo a mí mismo?

El día y la noche, no el lunes ni el martes, ni agosto ni septiembre; el día y la noche son la única medida de nuestra duración. Existir es durar, abrir los ojos y cerrarlos.

A estas horas, todas las noches, para siempre, yo soy el que ha perdido el día. (Aunque sienta que, igual que sube la fruta por las ramas del durazno, está subiendo, en el corazón de estas horas, el amanecer.)
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Me gustó que lloraras

¡Qué blandos ojos
sobre tu falda!

No sé. Pero tenías
de todas partes, largas
mujeres, negras aguas.

Quise decirte: hermana.
Para incestar contigo
rosas y lágrimas.

Duele bastante, es cierto,
todo lo que se alcanza.
Es cierto, duele
no tener nada.

¡Qué linda estás, tristeza:
cuando así callas!
¡Sácale con un beso
todas las lágrimas!

¡Que el tiempo, ah,
te hiciera estatua!
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La Luna

La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.

Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.
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Tu cuerpo está a mi lado...

Tu cuerpo está a mi lado
fácil, dulce, callado.
Tu cabeza en mi pecho se arrepiente
con los ojos cerrados
y yo te miro y fumo
y acaricio tu pelo enamorado.
Esta mortal ternura con que callo
te está abrazando a ti mientras yo tengo
inmóviles mis brazos.
Miro mi cuerpo, el muslo
en que descansa tu cansancio,
tu blando seno oculto y apretado
y el bajo y suave respirar de tu vientre
sin mis labios.
Te digo a media voz
cosas que invento a cada rato
y me pongo de veras triste y solo
y te beso como si fueras tu retrato.
Tú, sin hablar, me miras
y te aprietas a mí y haces tu llanto
sin lágrimas, sin ojos, sin espanto.
Y yo vuelvo a fumar, mientras las cosas
se ponen a escuchar lo que no hablamos.
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El peatón

Se dice, se rumora, afirman en los salones, en las fiestas, alguien o algunos enterados, que Jaime Sabines es un gran poeta. O cuando menos un buen poeta. O un poeta decente, valioso. O simplemente, pero realmente, un poeta. 

Le llega la noticia a Jaime y éste se alegra: ¡qué maravilla! ¡Soy un poeta! ¡Soy un poeta importante! ¡Soy un gran poeta! 

Convencido, sale a la calle, o llega a la casa, convencido. Pero en la calle nadie, y en la casa menos: nadie se da cuenta de que es un poeta. ¿Por qué los poetas no tienen una estrella en la frente, o un resplandor visible, o un rayo que les salga de las orejas? 

¡Dios mío!, dice Jaime. Tengo que ser papá o marido, o trabajar en la fábrica como otro cualquiera, o andar, como cualquiera, de peatón. 

¡Eso es!, dice Jaime. No soy un poeta: soy un peatón. 

Y esta vez se queda echado en la cama con una alegría dulce y tranquila.
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Entresuelo

Un ropero, un espejo, una silla, 
ninguna estrella, mi cuarto, una ventana, 
la noche como siempre, y yo sin hambre, 
con un chicle y un sueño, una esperanza. 
Hay muchos hombres fuera, en todas partes, 
y más allá la niebla, la mañana. 
Hay árboles helados, tierra seca, 
peces fijos idénticos al agua, 
nidos durmiendo bajo tibias palomas. 
Aquí, no hay mujer. Me falta. 
Mi corazón desde hace días quiere hincarse 
bajo alguna caricia, una palabra. 
Es áspera la noche. Contra muros, la sombra 
lenta como los muertos, se arrastra. 
Esa mujer y yo estuvimos pegados con agua. 
Su piel sobre mis huesos 
y mis ojos dentro de su mirada. 
Nos hemos muerto muchas veces 
al pie del alba. 
Recuerdo que recuerdo su nombre, 
sus labios, su transparente falda. 
Tiene los pechos dulces, y de un lugar 
a otro de su cuerpo hay una gran distancia: 
de pezón a pezón cien labios y una hora, 
de pupila a pupila un corazón, dos lágrimas. 
Yo la quiero hasta el fondo de todos los abismos, 
hasta el último vuelo de la última ala, 
cuando la carne toda no sea carne, ni el alma 
sea alma. 
Es preciso querer. Yo ya lo sé. La quiero. 
¡Es tan dura, tan tibia, tan clara! 
Esta noche me falta. 
Sube un violín desde la calle hasta mi cama. 
Ayer miré dos niños que ante un escaparate 
de maniquíes desnudos se peinaban. 
El silbato del tren me preocupó tres años, 
hoy sé que es una máquina. 
Ningún adiós mejor que el de todos los días 
a cada cosa, en cada instante, alta 
la sangre iluminada. 

Desamparada sangre, noche blanda, 
tabaco del insomnio, triste cama. 

Yo me voy a otra parte. 
Y me llevo mi mano, que tanto escribe y habla. 
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Me encanta Dios

Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos. 

Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo, o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, que el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida ?no tú ni yo? la vida, sea para siempre. 

Ahora los científicos salen con su teoría del Big Bang... Pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes. 

A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho ?frente al ataque de los antibióticos? ¡bacterias mutantes! 

Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo y de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble. 

Mueve una mano y hace el mar, y mueve la otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento. 

Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, y manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia ?y se agita y crece? cuando Dios se aleja. 

Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy. 

A mí me gusta, a mí me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.
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No es nada de tu cuerpo

No es nada de tu cuerpo 
ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre, 
ni ese lugar secreto que los dos conocemos, 
fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro. 
No es tu boca -tu boca 
que es igual que tu sexo-, 
ni la reunión exacta de tus pechos, 
ni tu espalda dulcísima y suave, 
ni tu ombligo en que bebo. 
Ni son tus muslos duros como el día, 
ni tus rodillas de marfil al fuego, 
ni tus pies diminutos y sangrantes, 
ni tu olor, ni tu pelo. 
No es tu mirada -¿qué es una mirada?- 
triste luz descarriada, paz sin dueño, 
ni el álbum de tu oído, ni tus voces, 
ni las ojeras que te deja el sueño. 
Ni es tu lengua de víbora tampoco, 
flecha de avispas en el aire ciego, 
ni la humedad caliente de tu asfixia 
que sostiene tu beso. 
No es nada de tu cuerpo, 
ni una brizna, ni un pétalo, 
ni una gota, ni un grano, ni un momento. 

Es sólo este lugar donde estuviste, 
estos mis brazos tercos.
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Espero curarme de ti

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: "qué calor hace", "dame agua", "¿sabes manejar?", "se hizo de noche"... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te quiero".)

Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.

martes, 15 de octubre de 2013

Poesía china (varios autores)

Ch`en-Ling

Mi Traje

Mi traje es de la época en que vivía un rey de la dinastía Tching. Se lo pusieron tantas bellas mujeres para danzar que sus pliegues conservan una sinuosidad armoniosa. Lo han acariciado tantas brisas que mi traje es diáfano como el ala de una mariposa.
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Pai Chu Yi

La Vida

El pino muere a los mil años, la flor del hibisco no dura un día. Ambos se hunden en la nada. ¿Por qué envanecernos de nuestros meses y de nuestros años?
P´eng Tsu prolongó su muerte; pero murió al fin como nosotros. Más vale aprender a no nacer, no nacer es asimismo no desaparecer.


El bambú en la ventana de li ts'e yu

No lo cortes para hacer una flauta,
no lo cortes para hacer una caña de pescar.
Cuando sus hojas y flores estén marchitas,
aún será hermoso bajo los copos de la nieve.
…………………………………..................
Ting Yu

Mi Casa

Árbol, piedra, viento, flor, son mis cuatro vecinos, nadie cruza mi puerta y mi calle está sola. Hoy vuelven las golondrinas del año anterior. No creo más que en su amistad.
……………………………………………..
Wu Kieng

Tormenta

Maldije a la lluvia que, azotando mi techo, no me dejaba dormir.
Maldije al viento que me robaba las flores de mis jardines.
Pero tú llegaste y alabé a la lluvia. La alabé cuando te quitaste la túnica empapada.
Pero tú llegaste y alabé al viento, lo alabé porque apagó la lámpara.
……………………………………............
Tao Yan-Ming 

Mudanza de casa

Hubo un tiempo en el que quería vivir en una villa del Sur,
pero no porque me guiaran los augurios.
Había escuchado que muchos hombres simples vivían allí,
con ellos estaría contento de pasar mis mañanas y noches.
Durante muchos años este fue mi deseo,
y hoy voy a realizar mi tarea.
Una cabaña tan pobre no necesita ser espaciosa,
todo lo que quiero es una cama y un colchón.
Con frecuencia mis vecinos vendrán a verme,
discutiremos vociferando acerca de los
tiempos de la antigüedad,
disfrutaremos leyendo juntos escritos raros,
y aclararemos todas las interpretaciones dudosas.


Borracho y sobrio

Un huésped reside en mí,
nuestros intereses no son completamente los mismos.
Uno de nosotros está borracho,
el otro está siempre despierto.
Despierto y sobrio
nos reímos el uno del otro,
y no comprendemos el mundo del otro.
Propiedades y convenciones,
qué tontería seguirlas muy seriamente.
Sé orgulloso, no estés involucrado,
entonces te acercarás a la sabiduría.
Escucha tú, viejo borracho,
cuando el día muere,
enciende una vela.


Canciones de crisantemos
(para cantar bebiendo)

Construir una casa en el mundo de los hombres
y no oír el ruido del caballo y el carruaje,
¿cómo se puede lograr esto?
Cuando la mente está desapegada, el lugar es tranquilo.
Junto crisantemos bajo el seto del Este
y miro silenciosamente las montañas del Sur.
El aire de la montaña es hermoso al crepúsculo,
y los pájaros en bandadas vuelven juntos a sus hogares.
En todas estas cosas hay un significado verdadero,
pero cuando quiero expresarlo, quedo perdido sin palabras.
……………………………………………….
Shu Chung

Chung Tzu

Te ruego Chung Tzu,
no entres a mi casa,
no te abras camino entre los sauces que he plantado.
No es que me importen los sauces,
sólo temo a mi padre y madre.
Te amo Chung Tzu, tiernamente,
oh, pero temo, realmente temo lo que mi padre y madre dirán.
Te ruego Chung Tzu,
no saltes mi muro,
no te abras camino entre las moreras que he plantado.
No es que me importen las moreras,
sólo temo a mis hermanos.
Te amo Chung Tzu, tiernamente,
oh, pero temo, realmente temo
lo que mis hermanos dirán.
Te ruego, Chung Tzu,
no entres por mi jardín,
no te abras paso a través del sándalo que he plantado.
No es que me importe el sándalo,
temo a la gente que habla.
Te amo Chung Tzu, tiernamente,
sólo temo, realmente temo
lo que la gente dirá.
………………………………………………………
Li Yu

La flor del bosque desaparece

La flor del bosque desaparece, la roja
primavera acaba
muy pronto.
Así ha de ser:
es fría la lluvia del alba, el viento de la tarde.
Lágrimas de carmín
soledad ebria –
¿cuándo volverá?
Sin cesar duele la vida, sin cesar
corre hacia el este el río.
……………………………………………....
Liu Tsung-Yüan

Río nevado

Un centenar de colinas
         y ningún pájaro;
Un millar de sendas
         sin una huella;
Una barca solitaria;
         una cobertura de bambú.
En el frío río nevado
         un viejecito pescando.
……………………………….......................
Sou Che 

Nocturno en barca

Una brisa susurra, ligera, entre los juncos;
Abro la puerta: una lluvia de luna inunda el lago.
Los barqueros y los pájaros de las aguas sueñan
juntos;
Los grandes peces huyen como rápidas raposas.
En esta noche profunda cuando los hombres y las cosas
se ignoran,
Sólo mi cuerpo y mi sombra se divierten juntos.
El oleaje nocturno dibuja versos de arenas en
las orillas;
La luna que cae cuelga de los sauces como
una araña suspendida.
En esta vida de paso agitado, en medio del tráfago
del mundo,
Una imagen etérea pasa a veces delante de nuestros
ojos, pero cuán fugitiva.
El canto repentino del gallo, el sonido lejano de una
campana:
los pájaros se dispersan.
Oigo los tambores de los pescadores que pactan
el regreso.
……………………………………….......................
Ma Tche-yuan 

Pensamiento de otoño

Lianas resecas sobre el viejo Árbol, cuervos
de la noche,
Minúsculo puente sobre el torrente, una casa.
Camino antiguo, viento del oeste, caballo enjuto,
Sol que cae al poniente:
Y, en el borde del mundo, un hombre con el corazón
herido.
…………………………………....................
Zhao Yi 

Un visitante acudía a mi puerta
para ofrecerme dinero por un texto.
Me pidió escribir la inscripción de una lápida
e insistía en que la hiciera encomiosa:
en la vida política, todo un Gong Sui o un Huang Ba;
en la erudición, un Zheng o un Zhu Xi.
Creí que sería algo divertido,
así¬ que me ajusté a sus requerimientos.
Confeccioné una pieza llena de frases bonitas,
Ay  he aquí¬ a un genuino caballero!
Cotejo mi escrito con lo que él realmente había hecho,
y no valía ni una onza de las diez libras que me
había pagado.
Supongo que mi escrito será recordado:
Ahora ¿quién podrá decir si el hombre era un tonto o un sabio?
Y tal vez me citen como prueba,
para que mi escrito se transcriba en los anales
históricos.
Ahora comprendo que en las historias de los antiguos
la mayor parte es pura vanagloria.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Seamus Heaney (1939 - 2013) Irlanda

Una llamada

«Espera,» dijo ella, «saldré simplemente e iré por él.
El tiempo aquí es tan bueno, que aprovecha
para escardar Un poco.»
                                                    De modo que lo vi
apoyado sobre las manos y rodillas al lado del rastrillo,
tocando, inspeccionando, separando un
tallo del otro, estirando con suavidad
cada cosa no estrechada, frágil y sin hojas,
complacido de sentir cómo se abría cada raíz de malas hierbas,
pero también arrepentido...
                                                          Luego me encontré escuchando
al amplio y grave tic de los relojes de la entrada
donde el teléfono estaba desatendido en una calma
de espejo y péndulos iluminados por el sol...

y me encontré entonces pensando: si fuera hoy,
así es como la Muerte convocaría a Cualquiera.

A continuación él habló y casi le dije que le amaba.
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Dos camiones

Llueve sobre el carbón y las cenizas tibias
hay huella de un rodado, es el camión de Agnew
con sus compuertas bajas; Agnew, el carbonero
con su acento de Belfast charlando con mi madre
¿Irá ella a Magherafelt a ver una película?
Pero sigue lloviendo y aún tiene media carga
que repartir más lejos. Esta vez el filón
de donde llega nuestro carbón era de un negro
sedoso y las cenizas serán sedosas, blancas.
Parte el bus a Magherafelt. El camión despojado
con sus  sacos vacíos la conmueve a mi madre
los modales del hombre con delantal de cuero.
No menos las películas. Cosas del carbonero…
Ella se vuelve y saca el esmeril y el plomo
esta madre de mil novecientos cuarenta
todo afán de cocina limpiando las cenizas
de su cara con el dorso de la mano. Mientras, el camión
acelera y encara hacia Magherafelt.
Es la última entrega. Oh, Magherafelt,
sueño de felpa roja y carbonero urbano.
Mientras el tiempo corre y un camión diferente
ruge por Broad Street con su carga completa
que hará volar al aire la terminal de ómnibus.
Yo tuve una visión de mi madre, más tarde.
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Fuera de este mundo

En memoria de Czeslaw Milosz

1.”Como cualquier otro…”
“Como cualquier otro, incliné la cabeza
durante la consagración del pan y el vino
alcé los ojos hacia la hostia levantada y el cáliz levantado
creí (sea lo que sea que eso signifique) que sucedía un cambio.
Fui hasta el altar) y  recibí el misterio
sobre la lengua, volví a mi lugar, apreté los ojos, hice
una acción de gracias, abrí los ojos y sentí
que el tiempo comenzaba nuevamente.
                                                      Nunca hubo una escena
en que yo pusiera esto en claro conmigo o con otro.
La pérdida sucedió fuera de escena. Y con todo, no puedo
repudiar palabras tales como ‘acción de gracias’ u ‘hostia’
o ‘pan  de comunión’. Tienen un tremor
inmortal y brotan como agua de un pozo muy profundo”.
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Un papalote para Michael y Christopher

" Durante toda esa tarde de domingo voló un papalote por encima del día,
cuero bien estirado, puñado de paja al aire.
Al hacerlo, lo sentí gris y resbaloso,
lo probé cuando, ya seco, se puso blanco duro, amarré los moños de periódico
a lo largo de su cola de dos metros.
Pero ahora estaba lejos, como una pequeña alondra,
y jalaba como si la cuerda pandeada fuera una red con que alguien intentara
pescar todo un cardumen. Un amigo mío dice que el alma humana
pesa casi lo mismo que una perdiz ; pero el alma anclada ahí,
la cuerda que se afloja y luego asciende,
pesa lo que una zanja clavada en los cielos.
Antes de que el papalote se hunda en el bosque
y esta cuerda se mueva inútil, muchachos,
sientan en ambas manos el jalón de tristeza que corta, su raíz, su larga cola.
Nacieron preparados. Párense frente a mí y hagan el esfuerzo. "
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El recado

«¡Va, vete ya!  Hijo, corre como el diablo
y dile a tu madre que intente
encontrarme una burbuja para el nivel del espíritu
y un nuevo nudo para esta corbata».

Pero aún así estaba contento, lo sé, cuando planté cara,
responsabilizándolo a él
con una sonrisa que superaba su sonrisa y su encargo de bufón,
esperando el siguiente movimiento en el fuego.
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Día de boda

Tengo miedo.
El sonido se ha parado en el día
y las imágenes se repiten
sin cesar. ¿Por qué esas lágrimas,

el pesar salvaje en su rostro
fuera del taxi? Crece
el jugo del lamento
en nuestros invitados que saludan.

Tras la gran tarta estás cantando
como una novia abandonada
que persiste, demente,
y que atraviesa el ritual.

Cuando fui a los lavabos
había un corazón con una flecha
y palabras de amor. Deja que duerma
recostado en tu pecho, camino al aeropuerto.
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Casa de verano

I
¿Era el viento de los vertederos
o algo en el calor

que nos seguía los pasos, con el verano agriándose,
y un nido pestilente incubando en algún lugar?

¿De quién era la culpa?, me preguntaba, inquisidor
del aire poseído.

Para de pronto descubrir,
al levantar la estera

que había larvas, moviéndose-
e hirviendo, hirviendo, hirviendo.

II
Mientras arreglo la puerta, con mis brazos
repletos de cereza silvestre y rododendro,
a través de la entrada escucho su perdido
gimotear, que, carraspeando, tintinea
mi nombre, una y otra vez.

Oh amor, he aquí la culpa.

Las flores sueltas entre nosotros
se reúnen, componen
una especie de altar del mes de mayo.

Estos capullos francos y caídos
se tiñen pronto del color de un dulce bálsamo.

Asiste. Unge la herida.

III
Oh atendimos nuestras heridas con corrección
bajo la dulzura hogareña

y yacemos como si la superficie fría de una hoja
nos hubiese dejado sin aliento.

Postulo más y más
curas gruesas, como ahora

cuando te doblas en la ducha
el agua vive cayendo por la pila bautismal de tus pechos.

IV
Con un definitivo
impulso nada musical
largos granos empiezan
a abrirse y se separan

hacia adelante
y de nuevo agotamos
el blanco, pateado
camino al corazón.

V
Mis hijos lloran la calurosa noche extranjera.
Caminamos por el suelo, mi boca podrida se desahoga
contigo y yacemos rígidos hasta que el alba
acude a la almohada, y al maíz, y la viña

que sostiene su plena carga hacia la luz.
Las rocas de ayer cantaban cuando las golpeábamos
estalactitas en las viejas cuevas, goteando oscuridad -
nuestras llamadas de amor pequeñas como un diapasón.
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El metro

Ahí estábamos corriendo por los túneles abovedados,
tú deprisa delante, con tu abrigo de estreno
y yo, yo entonces como un dios velocísimo ganándote
terreno antes de que te convirtieras en un junco

o alguna nueva flor blanca salpicada de rojo
mientras el abrigo batía salvajemente y botón tras botón
saltaban y caían, dejando un rastro
entre el metro y el Albert Hall.

De luna de miel, luneando, ya tarde para el Baile de Promoción,
nuestros ecos mueren en ese corredor y ahora
vengo como lo hizo Hansel sobre las piedras iluminadas por la luna
recorriendo el sendero de nuevo, recogiendo botones

para acabar en una estación con corrientes de aire y luz de lámparas
cuando los trenes ya se han ido, las vías húmedas
desnudas y tensas como yo, todo atención
por si tus pasos me siguen, pero antes muerto que mirar atrás.
..................................................................................
Sibila

Mi lengua se movía, una relajante bisagra ondulante.
Le dije a ella, «¿qué será de nosotros?»
Y como agua olvidada en un pozo puede agitarse
tras una explosión bajo la mañana

o una fractura recorre un tejado,
empezó a hablar.
«Pienso que nuestra forma misma deberá cambiar.
Perros en un asedio. Recaídas de saurios. Hormigas.

A menos que el perdón encuentre voz y nervio,
a menos que los árboles sangrantes y con casco
puedan ser verdes y dar brotes como el puño de un niño
y el pútrido magma incube

ninfas brillantes... Mi gente piensa en el dinero
pero habla del tiempo. Los pozos petróleo calman su futuro
como simples temas de adquisición. El silencio
se vuelve bajío con el sonar de ecos que lanzan las traineras.

La tierra a la que aplicábamos nuestro oído durante tanto tiempo
está despellejada o muy callosa, y sus entrañas
tentadas por un augurio impío.

Nuestra isla está llena de ruidos nada confortantes.
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Acta de unión

I
Esta noche, un primer movimiento, un pulso,
como si la lluvia se acumulase en el pantano
hasta romper y desbordarse: una presa que estalla,
un tajo abriendo la cama de helechos.
Tu espalda es una firme línea de costa del este
y brazos y piernas se prolongan
más allá de tus colinas graduales. Acaricio
la palpitante provincia donde creció nuestro pasado.
Soy el reino elevado por encima de tus hombros
al que no halagarías ni puedes ignorar.
La conquista es mentira. Envejezco
tolerando tu orilla semi-independiente
dentro de cuyos límites ahora mi legado
culmina inexorable.

II
Imperialmente soy varón todavía,
dejando para ti todo el dolor,
el proceso de rendición en la colonia,
el ariete, la barrera que explota desde dentro.
El acta germinó en una obstinada quinta columna
cuya postura crece de forma unilateral.
Su corazón bajo tu corazón es un tambor de guerra
que llama a filas a la fuerza. Sus parasitarios
e ignorantes puños pequeños
ya golpearon tus fronteras y sé que apuntan hacia mí
por encima del agua. No veo ningún tratado
que ponga a salvo por completo
tu cuerpo hollado y estirado, el gran dolor
que, como campo abierto, te deja en carne viva, una vez más.

sábado, 31 de agosto de 2013

Hans Magnus Enzensberger (1929 - ) Alemania


para un libro de estudios superiores

no leas odas, hijo mío: lee los horarios de trenes.
son más exactos. despliega las cartas de navegación
mientras te queda tiempo. abre los ojos. no cantes.
vuelven los días en que clavarán
listas sobre las puertas y marcarán
el pecho de los que digan no.
aprende, mejor que yo, a pasar inadvertido.
cambia de barrio, de pasaporte, de cara.
haz el aprendizaje de una pequeña traición,
de la sucia salvación cotidiana.
las bulas son buenas para encender el fuego,
buenos los manifiestos para envolver mantequilla y sal.
te harán falta mucha cólera, mucha paciencia
para soplar en los pulmones del poder
el fino polvo asesino molido por aquellos
que mucho han aprendido,
por quien es exacto, por ti.
.................................................................
canción para los que saben

sabemos que hay que hacer algo inmediatamente
lo sabemos
pero naturalmente es demasiado pronto para hacerlo
pero naturalmente es demasiado tarde para hacerlo
lo sabemos

que realmente estamos bastante bien
y que así vamos a continuar
y que esto no sirve para nada
lo sabemos

que somos nosotros los culpables
y que  no es culpa nuestra que seamos culpables
y que somos culpables por ese mismo hecho
y que estamos hartos con ello
lo sabemos

que quizá no vendría mal callarse un poco
y que a fin de cuentas no vamos a callarnos
lo sabemos
lo sabemos

y que a nadie podemos ayudar verdaderamente
y que nadie verdaderamente puede ayudarnos
lo sabemos

y que somos tan inteligentes
y libres para elegir entre la nada y lo nulo
y que debemos estudiar este problema muy cuidadosamente
y que echamos dos terrones de azúcar en el té
lo sabemos

que somos enemigos de la opresión
y que los cigarrillos han subido de precio
lo sabemos

y que la nación se está metiendo en un tremendo lío
y que nuestros vaticinios se mostrarán ciertos
y que no sirven para nada
lo sabemos

y que todo esto es verdad
lo sabemos

y que sobrevivir no es todo sino muy poca cosa
lo sabemos

y que sobreviviremos
lo sabemos

y que todo esto no es nada nuevo
y que la vida es preciosa
y que eso es todo
lo sabemos
lo sabemos
lo sabemos perfectamente bien

y que lo sabemos perfectamente bien
eso también lo sabemos
....................................................................
la alegría

ella no quiere que se le mencione
se niega a que la pongan en papel
no tolera profetas
es una extraña
pero yo la conozco bien

ella echará por tierra
todo lo establecido
no mentirá
siempre está peleando

sólo por ella estoy justificado
es mi única razón
mi razón de estado
y no me pertenece

ella es obstinada y extraña
yo la encierro
y la oculto
como un defecto

ella es una fugitiva
no es para compartirla
ni para guardarla para mí solo

yo no guardo nada para mí
con ellos comparto todo cuanto poseo
un día me abandonará

otros serán los que la encierren
hasta que emprenda bajo la noche
su largo vuelo hasta la victoria.
.....................................................................
el otro

él ríe
está preocupado
expone bajo el cielo mi cara y mis cabellos
hace salir palabras de mi boca
tiene dinero y miedo y pasaporte
y riñe y ama
y se mueve
y lucha

pero no yo
que soy el otro
el que no se ríe
el que no tiene cara que exponer al cielo
ni palabras en la boca
a quien desconozco y es un desconocido de sí mismo
no yo: el otro: siempre el otro
que no gana ni pierde
que no está preocupado
y ni se mueve nunca

el otro
que se es indiferente
de quien no sé nada
a quien nadie conoce
ni me conmueve
ese soy yo.
.....................................................................
separación

deja que se haga trizas
el cielo entre tú y yo,
que se haga trizas la bandera blanca
con que nos envolvimos en el sueño
suavemente injertados uno al otro
echando hojas futuras.

pero el lunes llegó.

quiero que llegue un viento
a borrar la verde memoria
de las coronas
y que llegue una nieve
y que se pierda el humo
encima de la casa
y que el cielo vomite
frías cenizas pacientes
y haga girar en torno a tu cabeza
y envuelva lentamente a la mía
esta nieve hecha trizas.
...................................................................
casa aislada

                                      a günter eich

cuando me despierto
la casa está en silencio.
sólo se oyen los pájaros.
por la ventana no veo
a nadie. ningún

camino pasa por aquí.
ningún hilo en el cielo
ningún cable por tierra.
todo cuanto está vivo
reposa bajo el hacha.

pongo agua al fuego.
corto mi pan.
hago girar inquieto
el botón rojo
de mi pequeño transistor.

crisis del caribe... lava blanco
más blanco que el blanco...
listos a responder a la agresión...
that' s the way i love you...
fuerte alza de valores metalúrgicos...»

no cojo el hacha
no rompo el aparato.
y es la voz del terror que me serena,
que me dice:
aún estamos con vida.

la casa está en silencio.
yo ni siquiera sé cómo tender las trampas
o hacerme un hacha de pedernal
cuando la última cuchilla
se habrá enmohecido.
....................................................................
bifurcaciones

todo lo que se ramifica,
se bifurca: delta, rayo, pulmón,
raíces, sinapsis, fractales,
árboles genealógicos y de decisiones;
todo lo que multiplica
y a la vez disminuye -

no hay quien lo comprenda,
ya demasiado complejo
para este miembro X
de una serie infinita
que a las espaldas
de aquel que en lugar de pensar
es pensado, se desarrolla,
se ramifica, se bifurca.
......................................................................
¿o bien, o bien?

curioso, todo le que es húmedo,
cerebro, melón, sexo,
el caracol, el ojo, el pez.

secos por el contrario, la matemática,
las uñas de los dedos, el oído y el papel.
el piano no puede nadar,
el ordenador no gotea,
el arte no está a gusto bajo la lluvia.
al desierto le gusta estar seco,
al Nilo no. (sólo la nieve
es húmeda y seca a la vez.)

también el hombre bajo su paraguas
es más acuoso de lo que piensa.
simplemente, piensa, no se puede
tener todo. pero cada niño,
apenas se le saca la leche de los labios,
se pregunta a sí mismo y a los otros de nuevo:
¿por qué no?, y no encuentra a nadie
que sepa una respuesta.
..................................................................
Decreto de aplicación

DEL ARTÍCULO 5, PÁRRAFO 3 GG
& 1. El arte es libre.
& 2. Se prohíbe al artista
ser inofensivo, discreto,
buen marido
con ingresos regulares.
& 3. El artista está obligado
a ser insoportable.
Con sus intervenciones
como aguafiestas asocial,
mártir ofendido,
náusea legendaria,
tiene que molestar, aburrir
y distraer a inofensivos, discretos,
buenos maridos
con ingresos regulares,
toda una vida.
................................................................
perder 

perder el pelo, perder la calma,
¿me explico?, perder el tiempo,
librar una batalla perdida,
perder peso y esplendor, perdón, no importa,
perder puntos, déjame terminar de una vez,
perder la sangre, perder al padre y a la madre,
perder el corazón, hace tiempo perdido
en Heidelberg, y ahora otra vez,
sin parpadear, el encanto de la
novedad, olvídalo, perder los
derechos civiles, me doy cuenta,
perder la cabeza, por favor,
si no puede evitarse,
perder el Paraíso Perdido, y qué más,
el empleo, al Hijo Pródigo,
perder la cara, que le vaya bien,
dos Guerras Mundiales, una muela,
tres kilos de sobrepeso,
perder, perder, y volver a perder, hasta
las ilusiones perdidas hace tanto tiempo,
y qué, no desperdiciemos una palabra más
en la tarea perdida del amor, digo que no,
perder de vista la vista perdida,
la virginidad, qué lástima, las llaves,
qué lástima, perderse en la multitud,
perderse en las ideas, déjame terminar,
perder la mente, el último céntimo,
no importa, termino en un momento,
las causas perdidas, toda sensación de bochorno,
todo, golpe a golpe,
¡ay!, hasta el hilo del relato,
el carnet de conducir, las ganas.

jueves, 11 de julio de 2013

Edgar Lee Masters (1868 - 1950) Estados Unidos


Textos tomados de Spoon River 

Amanda Barker

Henry me embarazó
sabiendo que no podría dar a luz
sin perder la vida.
Así fue que en mi juventud
pasé por los portales de polvo.
Viajero: en el pueblo donde viví se cree
que Henry me amó con amor de esposo,
mas proclamo desde el polvo
que por satisfacer su odio me mató.
................................................
Chase Henry

En vida fui el borracho del pueblo.
Cuando morí el cura no quiso sepultarme
en el Campo Santo,
lo cual me favoreció
porque los protestantes compraron el lote
y enterraron mi cuerpo aquí,
cerca de la tumba de Nicholas, el banquero,
y su esposa, Priscilla.
Observad, almas prudentes y devotas,
las contracorrientes de esta vida
que honran en la muerte
a los que en desgracia vivieron.
..................................................
Juez Somers

¿Cómo puede ser, dígame,
que yo, el más erudito de los abogados,
yo, que me sabía a Blackstone y Coke
casi de memoria, el que hizo el más grande discurso
que la Corte jamás escuchó, el que escribió
un informe que ganó los elogios del Juez Breese...?
¿Cómo puede ser, díganme,
que yazga aquí sin losa, olvidado,
mientras Chase Henry, el borracho del pueblo,
tiene lápida de mármol, coronada por una urna
en la que la Naturaleza, de irónico ánimo,
ha sembrado mala hierba, floreciente?
.........................................................
Minerva Jones

Yo soy Minerva, la poetisa del pueblo.
Me insultaban e injuriaban los patanes de la calle
por mi cuerpo pesado, por bizca, por mi andar
quebrado,
y mucho más cuando “Butch” Weldy me apresó
después de una cacería brutal;
me dejó con mi destino y el doctor Meyers;
y me deslizaba cada vez más hacia la muerte,
empezaba a entumecérseme el cuerpo
de los pies para arriba,
como si entrara poco a poco en un arroyo de hielo.
¿No irá nadie al periódico local
a juntar en un volumen mis versos?
¡Estaba tan sedienta de amor!
jTan hambrienta de vida!
.....................................................
"Indignación" Jones

¿No me creerían, verdad, si les dijera
que era yo de buen abolengo gales,
que tenía la sangre más pura
que la basura blanca de aquí,
que mi linaje era más directo que el de los neoingleses
y los virginianos de Spoon River?
No creerían que fui a la escuela
y que había leído libros.
Sólo me vieron como un hombre gastado
de pelo y barba enredados,
un hombre de ropa deshilachada.
A veces la vida se vuelve un cáncer
de tantos golpes, tanto golpe sin tregua,
y se convierte en una masa purpúrea
como plaga que ataca al maíz.
Yo fui carpintero, atascado en el fango de la vida
en que anduve, pensándola una pradera,
mi mujer, una perdida, y la pobre Minerva, mi hija,
la que ustedes atormentaron y arrojaron a su muerte.
Por eso me arrastré como caracol por los días
de mi vida.
Nunca más oirán mis pasos en la mañana
retumbar sobre el hueco de la acera,
caminando a la tienda por una pizca de maíz
y cinco centavos de tocino.
.........................................................
“Butch” Weldy

Después de recibir la religión y sentar cabeza
me dieron trabajo en la fábrica de enlatados.
Todas las mañanas me tocaba llenar
el tanque de gasolina que estaba atrás,
el tanque que alimentaba los sopletes
que, en turno, calentaban los fierros de soldar.
Y yo, para hacerlo, tenía que subir
los travesaños de una raquítica escalera
con todo y cubetas llenas de gasolina.
Un día, al vaciar el líquido,
el aire se inmovilizó y pareció hincharse.
Me disparé con la explosión del tanque
y caí con las piernas destrozadas;
mis ojos se volvieron dos pedazos de carbón.
Alguien dejó un soplete prendido
y el tanque chupó la llama.
El juez del distrito dijo que la culpa
podría ser de cualquiera de mis compañeros
y así el hijo del viejo Rhodes
no tenía que pagarme nada.
Me quedé en el banquillo, tan ciego
como Jack el violinista, repitiendo la frase:
“Jamás lo había visto”.
...............................................................
Knowl Hoheimer

Fui la primera sangre
de la batalla de Missionary Ridge.
Cuando sentí la bala atravesar mi corazón,
pensé que mejor hubiera ido a la cárcel
por robar los cerdos de Curl Trenary
en vez de huir y enrolarme en el ejército.
Mil veces prefiero la cárcel del condado
que yacer aquí bajo una Victoria de mármol
y este pedestal de granito
soportando la inscripción “Pro Patria”.
Siempre quise preguntar
el significado de esas palabras.
.......................................................
Lydia Puckett

Knowlt Hoheimer huyó a la guerra
el día antes de que Curl Trenary
lo acusara ante el juez Arnett
de robar cerdos.
Pero no por eso se hizo soldado.
Vio que andaba con Lucius Atherton,
reñimos y le dije que nunca más
se cruzara en mi camino.
Fue entonces que robó los cerdos
y se marchó a la guerra.
Detrás de cada soldado hay una mujer.
.......................................................
Percy Bysshe Shelly

Mi padre, dueño del taller de carruajes,
y enriquecido con el negocio de herraduras,
me mandó a la Universidad de Montreal.
No aprendí nada y volví a mi pueblo
y vagaba por los campos con Bert Kessler
cazando codorniz y agachadiza.
En Lago Thompson el gatillo de mi escopeta
se atoró en la borda de la lancha
y se me abrió un gran hueco en el corazón.
Sobre mi tumba un padre cariñoso
erigió este tallo de mármol
sobre el cual se ve la figura de una mujer
esculpida por un artista italiano.
Dicen que las cenizas de mi homónimo
fueron esparcidas por la pirámide de Cayo Cestius
en algún lugar cercano a Roma.
...........................................................
Julia Miller

Reñimos esa mañana,
pues él tenía sesenta y cinco años
y yo tenía treinta.
Estaba nerviosa y me pesaba el hijo
cuyo nacimiento me atemorizaba.
Pensé en la última carta que me escribiera
esa joven alma, ya lejana,
cuya traición oculté
al casarme con el viejo.
Entonces tomé morfina y me senté a leer.
Por entre las tinieblas que me llenaron los ojos
veo aún la luz vacilante de estas palabras:
“Y Jesús le habló: te digo
en verdad que hoy estarás
conmigo en el paraíso”.
...................................................
Lucius Atherton

Cuando se me rizaba el bigote
y mi pelo era negro,
cuando me ponía pantalones ajustados
y un diamante en el cuello,
fui excelente raptor de corazones: burlé a muchas.
Pero cuando hicieron las canas su acto de presencia...
¡ay! una nueva generación de muchachas
se reía de mí, sin tenerme miedo,
y ya no tuve más aventuras emocionantes
en las que por poco me mataran por sinvergüenza
desalmado;
sólo amoríos secos, amoríos recalentados
de otros días, de otros hombres.
Y pasaron los años hasta que me fui a vivir
al restorán de Mayer donde comía entremeses,
gris, desgreñado, don Juan rural sin dientes, rechazado.
Hay una sombra poderosa que canta aquí
de una que se llama Beatriz.
Ahora puedo ver que el poder de su grandeza
me llevó a reptar por el más bajo de los fondos.
.....................................................................
Cooney Potter

De mi padre heredé cuarenta acres
y trabajando mi esposa, mis dos hijos
y dos hijas de sol a sol, me hice de mil acres.
Pero no satisfecho,
queriendo ser dueño de dos mil acres,
corrí por los años con hacha y arado
trabajando con privaciones yo, mi esposa, mis hijos
y mis hijas.
Squire Higbee me hace una injusticia al decir
que morí por fumar puros Red Eagle.
Comer pay caliente y tragar café
durante las horas en que más quema el sol
de la cosecha...
Eso es lo que me trajo aquí
antes de cumplir mis sesenta años.
..............................................................
Jones El Violinista

La tierra mantiene una vibración
por las venas de tu sangre y eres tú.
Y si la gente se entera de que tocas el violín,
pues tienes que tocarlo, y toda la vida.
¿Qué ves, un agosto de trébol,
una pradera que lleva al río?
El viento sopla por los maizales; o te frotas las manos
por las reses que irán al mercado
o escuchas el rumoreo de faldas
como de muchachas cuando bailan en La Arboleda.
Para Cooney Potter una polvareda
o un torbellino de hojas siempre fue sequía;
pero para mí eran como el Pelirrojo Sammy
en un zapateado de “Turalú”.
¿Cómo trabajar mis cuarenta acres
—de comprar más ni hablar—
cuando una orquesta de cuernos, fagotes y flautines
se alborotaba en mi cabeza por el canto de los pájaros
y el crujir de un molino, nada más?
Y nunca pude arar sin que alguien,
parado en el camino, me invitara a un baile o barbacoa.
Me quedé con mis cuarenta acres,
terminé con un violín quebrantado...
quebrantada la risa y mil recuerdos,
y jamás me arrepentí.
........................................................
Néllie Clark

Sólo tenía ocho años;
y antes de crecer y saber lo que era,
no encontraba las palabras para decirlo, sólo sabía
que tenía miedo y se lo fui a contar a mamá;
y mi padre consiguió una pistola
y habría matado a Charlie, un muchacho ya grande
de quince años, si por su padre no hubiera sido.
De todas maneras se me quedó la historia.
Pero el hombre que se casó conmigo, viudo de treinta
y cinco años,
era nuevo en el pueblo y no supo del incidente
hasta dos años después de la boda.
Luego dijo que lo habían engañado,
y el pueblo acordó que en realidad no era virgen.
Total, me abandonó, y morí
en invierno, unos meses después.
......................................................................
George Gray

Muchas veces he estudiado
el mármol que me cincelaron:
un barco con vela aferrada, en bahía, descansando.
En verdad es el retrato no de mi destino,
sino de mi vida.
Pues me ofrecieron amor y huí de su desilusión;
la tristeza tocó a mi puerta, pero me dio miedo;
me llamó la ambición, pero temía las consecuencias.
Y aún así
todos los días ansiaba que mi vida significara algo.
Ahora comprendo que hay que desplegar la vela
y aprovechar los vientos del destino,
no importa a dónde lleven el barco.
Hallar el significado de la vida puede terminar en locura,
pero la vida sin significado es la tortura
del insomnio y vagos deseos...
Es un barco que anhela el mar, siempre temeroso.
....................................................................
Wendell P. Bloyd

Primero me acusaron de faltas a la moral,
ya que no hubo ley contra la blasfemia.
Después me encerraron por loco,
y un guardia católico me mató a golpes.
Mi ofensa fue ésta:
dije que Dios le mintió a Adán, y lo destinó
a vivir la vida de un idiota,
sin saber que en el mundo hay mal, lo mismo que bien.
Y cuando Adán se mostró más listo que Dios, comiéndose
la manzana,
la mentira se hizo patente.
Y Dios lo arrojó del Edén para evitar
que tomara el fruto de la vida eterna.
¡Por Cristo! Ustedes son gente sensata.
Escuchen lo que Dios mismo dice de esto en el Génesis:
“He aquí el hombre es como
uno de nosotros” (un poco de envidia, ¿verdad?),
“sabiendo el bien y el mal” (se descubre la mentira
de que todo es bueno):
“Ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también
del árbol de la vida, y coma y viva para siempre”.
Y lo sacó Jehová del huerto del Edén.
(La razón, creo, por la cual Dios
crucificó a Su Propio Hijo
para salir de esta miserable maraña,
es que de Él no se esperaba menos).



miércoles, 19 de junio de 2013

Jacques Prévert (1900 - 1977) Francia


El arroyo

Ha pasado mucha agua bajo los puentes
y enormes cantidades de sangre
Pero a los pies del amor
corre un gran arroyo blanco
Y en los jardines de la luna
en los que cada día se celebra tu fiesta
ese arroyo canta mientras duerme
Y esa luna es mi cabeza
donde gira un enorme sol azul
Y ese sol son tus ojos
.........................................................
Soy como soy

Soy como soy
Estoy hecha así
Cuando tengo ganas de reír
Me río a carcajadas
Amo al que me ama
Acaso es culpa mía
Que no sea siempre el mismo
El que amo en cada ocasión
Soy como soy
Estoy hecha así
Qué más pretendéis
Qué más queréis de mí

Estoy hecha para gustar
Y no hay nada que hacerle
Mis tacones son muy altos
Mi cuerpo muy erguido
Mis pechos muy firmes
Mis ojeras muy profundas
Pero después de todo
Qué puede importaros
Soy como soy
Gusto al que le gusto
Qué puede importaros
Lo que me sucedió
Si amé a alguien
Si alguien me amó
Como los niños que se aman
Simplemente saben amar
Amar amar…
Por qué hacerme preguntas
Estoy donde estoy para gustaros
Y no hay nada que hacerle.
....................................................
En la esquina de una calle 

Es mediodía, todo está muy oscuro
y de repente rojo de vez en cuando
En la esquina de una calle que ya no existe
la muerte se pasea como en su casa.

A mí no me importa, espero el arcoiris
y el arcoiris, es mi amante
El amor se oculta no importa dónde
el amor se encuentra no importa cuándo
el amor se hace no importa cómo
el amor es más joven que la muerte
aunque hayan visto la luz al mismo tiempo
En la esquina de una calle que ya no existe
que acaba de partir hace un instante
la muerte está al acecho, engaña.

A mí no me importa, yo espero a mi amante
estoy seguro de que hoy, para ella
en todo caso no seré su cliente.
.....................................................
El escolar perezoso

Dice no con la cabeza
pero dice sí con el corazón
dice sí a lo que quiere
dice no al profesor
está de pie
lo interrogan
le plantean todos los problemas
de pronto estalla en carcajadas
y borra todo
los números y las palabras
los datos y los nombres
las frases y las trampas
y sin cuidarse de la furia del maestro
ni de los gritos de los niños prodigios
con tizas de todos los colores
sobre el pizarrón del infortunio
dibuja el rostro de la felicidad.
............................................................
Canción

Qué día somos
Somos todos los días
Mi amiga
Somos toda la vida
Mi amor
Nos amamos y vivimos
Vivimos y nos amamos
Y no sabemos qué es la vida
Y no sabemos qué es el día
Y no sabemos qué es el amor.
.......................................................
Las llaves de la ciudad

Las llaves de la ciudad
Están manchadas de sangre
Desde hace mucho
Hermana Ana mi hermana Ana
No ves venir nada
Veo en la miseria el pie desnudo de un niño
Y el corazón del verano
Ya apretado entre los hielos del invierno
Veo en el polvo ruinas de la guerra
Caballeros de la industria pesada
A caballo sobre oficiales de caballería ligera
Que desfilan bajo el arco
En una música de circo
Y a maestros de herrería
Maestros de ballet
Dirigiendo una cuadrilla inmóvil y helada
Donde pobres familias
De pie frente al buffet
Miran sin decir nada a sus hermanos liberados
Sus hermanos liberados
De nuevo amenazados
Por un viejo mundo senil ejemplar y corrupto
Y te veo Mariana
Mi pobre hermanita
Colgada todavía una vez
En el cuarto oscuro de la historia
Acorbatada por la Legión de Honor
Y veo
Barba azul roja blanca
Impasible y sonriente
Volver a dar las llaves de la ciudad
Las llaves manchadas de sangre
A los grandes servidores del Orden
El orden de las grandes potencias del dinero.
...............................................................
Las bodas

Una mujer se echa a un río
Ese río se echa en otro río
Un hombre se echa en ese río
Y ese río se echa en el mar
Y el mar vuelve a echar sobre la tierra
Una pipa de espuma
Y el encaje blanco de sus olas expuestas
Que brilla bajo la luna
Es el traje de la desposada
Simples regalos de bodas de la marea alta.
.....................................................................
Paris at night

Tres fósforos de uno en uno encendidos en la noche
El primero para ver tu rostro todo
El segundo para ver tus ojos
El último para ver tu boca
Y la completa oscuridad para recordarme todo eso
Al estrecharte en mis brazos.
.................................................................
El gato y el pájaro

Un pueblo escucha desolado
el canto de un pájaro herido.
Es el único pájaro del pueblo
y es el único gato del pueblo
que lo ha devorado a medias.
Y el pájaro cesa de cantar
el gato cesa de ronronear
y de relamerse el hocico.
Y el pueblo le hace al pájaro
maravillosos funerales.
Y el gato que está invitado
marcha detrás del pequeño ataúd de paja
donde el pájaro muerto está estirado
llevado por una niñita
que no deja de llorar.
Si hubiera sabido que eso te daba tanta pena,
le dice el gato,
me lo hubiera comido del todo
y después te hubiera contado
que lo había visto volarse
volarse hasta el fin del mundo
allá donde es tan lejos
que nunca se vuelve.
Tú hubieras tenido menos pena
Simplemente tristeza y aflicción

Nunca hay que hacer las cosas a medias.
............................................................
Los pájaros del pesar

Lluvia de plumas plumas de lluvia
La que amabais ya no está más
Qué queréis de mí pájaros
Plumas de lluvia lluvia de plumas
Desde que tú no estás ya no sé
Ya no sé dónde estoy
Lluvia de plumas plumas de lluvia
Ya no sé qué hacer
Sudario de lluvia lluvia de hollín
Acaso nunca más
Plumas de hollín… marchaos golondrinas
Dejad vuestros nidos…
¿Cómo?
¿Qué?
¿No es la estación de los viajes?
No me importa salid de este cuarto golondrinas de la mañana
Golondrinas de la noche partid…
¿A dónde?
¡Ah! Entonces quedaos me iré yo…
Plumas de hollín hollín de plumas iré a ninguna parte
Y también un poco a todas partes
Quedaos aquí pájaros de la desesperación
Quedaos aquí…
Haced de cuenta que estáis en vuestra casa.
..............................................................
Era el verano 

En sus dos manos
Bajo mi falda levantada
Yo era desnuda como nunca
Todo mi cuerpo joven
Era una fiesta
Desde la punta del cabello
Hasta las uñas de mis pies
Yo era una fuente que guiaba
La vara del zahorì
Hacìamos el mal
Y el mal estaba bien.

martes, 21 de mayo de 2013

Marin Sorescu (1936 - 1996) Rumania


Ajedrez

Yo juego un día blanco,
Él juega un día negro.
Yo avanzo con un sueño,
Él me lleva a la guerra.
Él me ataca los pulmones,
Yo pienso un año en el hospital,
Hago una combinación brillante
Y le gano un día negro.
Él juega una desgracia
Y me amenaza con el cáncer
(Que por ahora anda en forma de cruz),
Mas yo le pongo por delante un libro
Y lo obligo a una retirada.
Le gano otras cuantas piezas,
Pero mira, la mitad de mi vida
Está fuera de juego.
-Oh, le daré jaque a tu rey y perderás el optimismo,
Me dice él.
-No es nada, bromeo yo.
Pues hago el enroque de los sentimientos.
Detrás de mi esposa, los hijos,
El sol, la luna y los otros mirones
Tiemblan ante cualquier jugada mía.

Yo enciendo un cigarrillo
Y sigo la partida.
....................................................................
Contabilidad

Llega un momento
Cuando debemos trazar bajo cada uno de nosotros
Una raya negra
Y sacar cuentas.

Algunos momentos en que estuvimos a punto de ser felices,
Algunos momentos en que estuvimos a punto de ser hermosos,
Algunos momentos en que estuvimos a punto de ser geniales.
Nos encontramos unas cuantas veces
Con algunos montes, algunos árboles, algunas aguas
(¿Dónde estarán? ¿Seguirán con vida?)
Todo esto suma un futuro luminoso
Que ya hemos vivido.

Una mujer que amamos
Más la misma mujer que no nos amó
Suman cero.

Un cuarto de vida de estudios
Suma varios miles de millones de palabras forrajeras,
Cuya sabiduría hemos eliminado poco a poco.

Y, en fin, un destino
Más otro destino (¿de dónde habrá salido?)
Suman dos (Apuntamos uno y llevamos uno,
Quizás, quién sabe, exista la vida de más allá).
.........................................................
La huida

Un día
Me levantaré del escritorio
Y comenzaré a distanciarme de las palabras,
De vosotros
Y de las cosas, una por una.

Veré en la lejanía una montaña
E iré hacia ella
Hasta que la montaña quede atrás.

Luego iré a la siga de una nube
Y la nube quedará atrás.

También el sol quedará atrás
Y las estrellas y todo el universo...
........................................................
Grupo

Llevaban un montón de tiempo conviviendo.
Y habían empezado a repetirse un poco:

Él era ella,
Y ella era él.

Ella era ella,
Y él, era ella también.

Ella a veces era o no era,
Entonces él llegaba a ser ellas,
O algo así, por el estilo.

Por la mañana sobre todo,
Hasta que conseguían terminar de deslindarse
Quién era quién,
Dónde empezaban y dónde acababan,
¡Por qué así y no de otro modo,
Perdían un sinfin de horas!
Pasaba el tiempo como por un río llevado,

Trataban hasta de besarse a veces,
Pero de pronto descubrían,
Que ambos eran ella.
Más fáciles de repetir.

Y asustados, se ponían, pues
A bostezar.
Era un bostezo así,
De lana suave
Que hasta se podía tricotar
De la siguiente forma:
Una de ellas bostezaba muy atenta,
Mientras la otra sujetaba el ovillo.
...............................................................
Capricho

Cada atardecer
Recojo entre los vecinos
Todas las sillas disponibles
y leo versos para ellas.

Las sillas son extremadamente receptivas
A la poesía
Si uno sabe ordenarlas.

Todo esto
Me emociona
Y durante varias horas
Les cuento
Qué bellamente murió mi alma
Durante el día.

Nuestros encuentros
Son generalmente sobrios,
Sin entusiasmos
Inútiles.

De cualquier modo
Significa que cada uno
Ha cumplido con su deber
Y podemos seguir
Adelante.
...................................................
Más allá

Esta mujer
Tiene a alguien en el baño.

Habla conmigo,
Me ama sinceramente,
Pero alguien aún vaga en su alma,
Más allá de mí.
Leo en sus ojos,
En el pelo,
En la línea de la vida de su mano
Que esta casa no tiene sino una sola entrada,
Que oculta de mí a alguien en el baño.

O, digamos, en la casa vecina,
O en otra casa,
En algún lugar de la calle,
En otra ciudad o en otro bosque,
O en el fondo del mar.

Alguien está oculto allí,
Asediando mis pensamientos,
Escuchando mis pensamientos eternos
Con los ojos fijos en el reloj.
...........................................................
Desdoblamiento

En la noche alguien pasea con mis ropas
Y las lleva puestas.
En la mañana observo en los zapatos barro fresco.
¿Quién tendrá un modo de andar parecido a mi andar?

Desde cierto tiempo ha empezado
A vestirse también con mis pensamientos.
Cuando despierto ya no los encuentro jamás
Dónde los habré puesto.

Están usados, cansados, con ojeras alrededor de los ojos,
Se ve a las claras que alguien estuvo pensando con ellos
Toda la noche.

¿Quién tendrá un alma parecida a mi alma?
.............................................................
Nos conocemos

Nos conocemos.
Nos vimos un día
En la tierra,
Yo iba por un lado de ella
Tú por el otro.

Tú eras así y asá,
Oh, eras como todas las mujeres,
Fíjate cómo he retenido
Tu rostro.

Yo me emocioné
Y dije algo con la mano en el corazón,
Pero no había manera de que me escucharas.
Porque entre nosotros pasaban todo el tiempo
Automóviles y aguas y especialmente montes,
En fin, todo el globo.

Me miraste a los ojos
Pero, ¿qué podías ver?

En mi hemisferio
Se había hecho justamente la noche.
Extendiste la mano: diste con una nube.
Yo abracé los hombros de una hoja.
............................................................
Simetría

Iba tranquilamente
Cuando de pronto, frente a mí
Surgieron dos caminos:
Uno a la derecha,
y el otro a la izquierda,
Según todas las reglas de la simetría.

Me quedé inmóvil,
Cerré los ojos,
Estiré los labios,
Tosí,
Y tomé por el de la derecha
(Exactamente el que no debía,
Como se comprobó más adelante).

Caminé por él como pude,
Está de más abundar en detalles.
Luego frente a mí se abrieron dos
Precipicios:
Uno a la derecha,
Otro a la izquierda.
Me lancé por el de la izquierda,
Sin pestañear, sin siquiera precipitarme,
Me lancé con todo por el de la izquierda,
El cual, ay, no era el sembrado con plumas.
A rastras seguí avanzando.
Me arrastré cuanto pude,
y de pronto, frente a mí
Se abrieron amplios dos caminos.
«¡Yo les enseñaré!» -me dije-
Y me empeñé otra vez por el de la izquierda,
Con hostilidad.
Equivocado, muy equivocado, el de la derecha era
El verdadero, el verdadero, como se dice, el gran camino.
Y en la primera encrucijada
Me consagré con todo mi ser
Al de la derecha. Y nuevamente
El otro fue el que debí tomar el otro...
Ahora están por terminarse mis provisiones,
El bastón de mis manos envejeció,
Ya no echa brotes
Para estar a su sombra
Cuando me embarga la desesperación.
Las piedras desgarraron mis tobillos,
Crujen y gruñen en mi contra,
Puesto que me he mantenido en una permanente
Equivocación.

Y he aquí que otra vez ante mí se abren
Dos cielos:
Uno a la derecha,
El otro a la izquierda.
.............................................................
Los actores

¡Qué naturales son los actores!
Con sus trajes arremangados ¡qué bien que saben vivirnos!
Nunca se vio un beso más perfecto que el de los actores,
en el tercer acto, entonces, cuando los sentimientos comienzan a revelarse.
Su muerte en escena es tan natural y tan perfecta,
que los muertos del cementerio, los verdaderos,
trágicamente muertos por única vez, ¡ parece que se movieran !
Y nosotros, torpes actores de una sola vida,
que ni siquiera sabemos cómo vivirla,
decimos las cosas al revés o callamos por años,
espectáculo triste y antiestético,
y no sabemos qué diablos hacer con las manos.
....................................................................
Por debajo de la puerta

El día de hoy
Lo metieron, como de costumbre,
Por debajo de la puerta.

Me instalé los lentes sobre la nariz
Y comencé
A leerlo.

Nada especial,
Por lo que veo.
Según se dice hacia el mediodía estaré un poco triste,
No se especifica el motivo,
Y seguiré amando la luz
Donde quedé ayer.

La página externa informa
De mis negociaciones con el agua, los montes y el aire,
En relación con su absurda pretensión
De penetrar en mi sangre y en mi cerebro.

Luego las habituales noticias
Sobre mi capacidad de trabajo
Sobre la caminata al pan,
Sobre la buena disposición
(Pero ni una palabra
En relación con el estado
De mi hígado).

Dónde se imprimirá
Esta vida mía,
Llena como está de unos errores
Inadmisibles.

miércoles, 10 de abril de 2013

Alaíde Foppa (1914 - 1980*) Guatemala


Ella se siente a veces...

Ella se siente a veces
como cosa olvidada
en el rincón oscuro de la casa
como fruto devorado adentro
por los pájaros rapaces,
como sombra sin rostro y sin peso.
Su presencia es apenas
vibración leve
en el aire inmóvil.
Siente que la traspasan las miradas
y que se vuelve niebla
entre los torpes brazos
que intentan circundarla.
Quisiera ser siquiera
una naranja jugosa
en la mano de un niño
-no corteza vacía-
una imagen que brilla en el espejo
-no sombra que se esfuma-
y una voz clara
-no pesado silencio-
alguna vez escuchada.
.........................................
Mujer

Un ser que aún no
Acaba de ser,
No la remota rosa
angelical,
que los poetas cantaron.
No la maldita bruja que
los inquisidores quemaron.
No la temida y deseada
prostituta.
No la madre bendita
no la marchita y burlada
solterona.
No la obligada a ser buena
no la obligada a ser mala.
No la que vive
porque la dejan vivir
no la que debe siempre
decir que si.
Un ser que trata
de saber quién es
y que empieza a existir.
...........................................
Oración

Dame, señor
un silencio profundo
y un denso velo
sobre la mirada.
Así seré un mundo
cerrado:
una isla oscura;
cavaré en mí misma dolorosamente
como en tierra dura
Y cuando me haya desangrado
ágil y clara será mi vida
Entonces, como río sonoro y transparente,
fluirá libremente
el canto encarcelado.
.................................................
Oscuro canto

Oscuro canto
que brota
de la honda esperanza
rota,
y del retorno
al círculo cerrado.
Peso escondido
como hijo sin nacer
en el vientre profundo,
apretado nudo
en el lugar del corazón.

Ay, tampoco suena
ni sube
el nocturno canto
hacia el cielo lejano.
Es una voz sorda
que se ahoga en la garganta,
es un grito callado.
Y si sube,
no es un vuelo
en la noche muda,
es sólo una nube de humo
que se pierde en la sombra.
...............................................
Señor, estamos solos...

Señor, estamos solos,
Yo, frente a Ti:
Diálogo imposible
Grave es tu presencia
Para mi solitario amor.
Escucho tu llamada
Y no sé responderte.
Vive sin eco y sin destino
El amor que sembraste:
Sepultada semilla
Que no encuentra el camino
Hacia la luz del día.
En mi pecho encendiste
Una llama sombría
¿Por qué señor,
no me consumes entera,
si no hay para tu amor
otra respuesta
que mi callada espera?
.........................................
Destierro

Mi vida
es un destierro sin retorno.
No tuvo casa
mi errante infancia perdida,
no tiene tierra
mi destierro.
Mi vida navegó
en nave de nostalgia.
Viví a orillas del mar
mirando el horizonte:
hacia mi casa ignorada
pensaba zarpar un día,
y el presentido viaje
me dejó en otro puerto de partida.
¿Es el amor, acaso,
mi última rada?
Oh brazos que me hicieron prisionera,
sin darme abrigo…
También del cruel abrazo
quise escaparme.
Oh huyentes brazos,
que en vano buscaron mis manos…
Incesante fuga
y anhelo incesante
el amor no es puerto seguro.
Ya no hay tierra prometida
para mi esperanza.
............................................
Un día

Este cielo nublado
de tempestad oculta
y lluvia presentida
me pesa;
este aire denso y quieto,
que ni siquiera mueve
la hoja leve
del jazmín florecido,
me ahoga;
esta espera
de algo que no llega
me cansa.
Quisiera estar lejos,
donde nadie
me conociera:
nueva
como la yerba fresca,
ligera,
sin el peso
de los días muertos
y libre
ir por caminos ignorados
hacia un cielo abierto.
........................................
Mis hijos

Cinco hijos tengo: cinco,
como los dedos de mi mano,
como mis cinco sentidos,
como las cinco llagas.
Son míos:
cada día
soy más de ellos,
y ellos,
menos míos.
Por la secreta vía de la sangre,
algo de mi apariencia se llevaron.
Mis ojos castaños me miran hoy
con renovado brillo; ríe mi boca
alegre y limpia, con dientes de niño.
Y misteriosamente reaparecen
semblantes de mi infancia,
que nueva vida ocultos esperaron.
Hondo caudal irremplazable, el tiempo
también les di, más mío que mi sangre:
el hilo ininterrumpido de los sueños
y el curso roto de los pensamientos;
la larga espera, las noches despiertas,
el reposo no repuesto, las fiestas...
Y el tiempo se acortó
de mi frágil belleza pasajera.
Intacto brotó el amor cada vez,
como si diera la misma semilla
el fruto que de mí se desprendía
y en mi fértil corazón, nueva flor.
Oh, amor, estremecimiento sombrío,
esperanza y temor,
y el manto de piedad que los abriga.
Sangre, amor y tiempo,
de mi vida les di.
Mas no me dejó desnuda
la inagotable entrega
por sí misma nutrida:
entera me daría,
cada día,
por cada uno de ellos,
y entera y florecida
quedaría.
Cinco hijos tengo,
cinco caminos abiertos,
cinco juventudes,
cinco florecimientos.
Y aunque lleve el dolor
de cinco heridas
y la amenaza
de cinco muertes,
crece mi vida
todos los días.
......................................
* Desaparecida por la dictadura de su país.

domingo, 17 de febrero de 2013

Robert Desnos (1900 - 1945 ) Francia


La voz

Tan semejante a la flor y a la corriente de aire
al curso del agua a las sombras pasajeras
a la sonrisa vislumbrada aquella famosa noche a medianoche
tan semejante a toda la felicidad y a la tristeza
es la medianoche pasada alzando su torso desnudo por encima de las torres
                                                                                                                              y de los álamos
llamo a mí a los perdidos en los campos
los viejos cadáveres los viejos robles talados
los jirones de tela pudriéndose sobre la tierra y la ropa secándose
                                                                                      a los alrededores de las granjas
llamo a mí a los tornados y a los huracanes
las tempestades los tifones los ciclones
los maremotos
los temblores de tierra
llamo a mí al humo de los volcanes y al de los cigarrillos
a los círculos de humo de los puros de lujo
llamo a mí a los amores y los enamorados
llamo a mí a los vivientes y a los muertos
llamo a mí a los sepultureros llamo a los asesinos
llamo a los verdugos llamo a los pilotos los albañiles los arquitectos
                                                                                                                               a los asesinos
llamo a la carne
llamo a la que amo
llamo a la que amo
llamo a la que amo
la medianoche triunfante despliega sus alas de satén y se posa sobre mi lecho
las torres y los álamos se pliegan a mi deseo
aquellos se derrumban aquellos se desploman
los perdidos en el campo se reencuentran al encontrarme
los viejos cadáveres resucitan por mi voz
los jóvenes robles talados se cubren de verdor
los viejos jirones de tela pudriéndose en la tierra y sobre la tierra crujen
                                                                          por mi voz como el estandarte de la revuelta
la ropa secándose en los alrededores de la granja viste adorables mujeres
                                                                                                                                           que no adoro
que vienen a mí
obedecen a mi voz y me adoran
los tornados giran en mi boca
los huracanes enrojecen si pueden mis labios
las tempestades rugen a mis pies
los tifones si es posible me despeinan
recibo los besos de embriaguez de los ciclones
los maremotos vienen a morir a mis pies
los temblores de tierra no me estremecen pero hacen que todo se desplome
                                                                                                                                     a una orden mía
el humo de los volcanes me viste con sus vapores
y el de los cigarrillos me perfuma
y los círculos de humo de los puros me coronan
los amores y el amor tan largo tiempo perseguidos se refugian en mí
los enamorados escuchan mi voz
los vivientes y los muertos se someten y me saludan
los primeros con frialdad los segundos con familiaridad
los sepultureros abandonan las tumbas apenas cavadas y declaran que sólo yo
                                                                                                    puedo mandar los nocturnos trabajos
los asesinos me saludan
los verdugos invocan la revolución
invocan mi voz
invocan mi nombre
los pilotos se guían por mis ojos
los albañiles sienten vértigo al escucharme
los arquitectos parten hacia el desierto
los asesinos me bendicen
la carne palpita a mi llamado

la que amo no me escucha
la que amo no me entiende
la que amo no me responde
......................................................
A la misteriosa 

Tanto he soñado contigo que pierdes tu realidad.
¿Habrá tiempo para alcanzar ese cuerpo vivo
y besar sobre esa boca
el nacimiento de la voz que quiero?
Tanto he soñado contigo,
que mis brazos habituados a cruzarse
sobre mi pecho, abrazan tu sombra,
y tal vez ya no sepan adaptarse
al contorno de tu cuerpo.
Tanto he soñado contigo,
que seguramente ya no podré despertar.
Duermo de pie,
con mi pobre cuerpo ofrecido
a todas las apariencias
de la vida y del amor,  y tú, eres la única
que cuenta ahora para mí.
Más difícil me resultará tocar tu frente
y tus labios, que los primeros labios
y la primera frente que encuentre.
Y frente a la existencia real
de aquello que me obsesiona
desde hace días y años
seguramente me transformaré en sombra.
Tanto he soñado contigo,
tanto he hablado y caminado, que me tendí al lado
de tu sombra y de tu fantasma,
y por lo tanto,
ya no me queda sino ser fantasma
entre los fantasmas y cien veces más sombra
que la sombra que siempre pasea alegremente
por el cuadrante solar de tu vida.
..............................................................
Despertares

Es extraño despertarse a veces en plena noche.
En pleno sueño alguien toca la puerta
y en la extraordinaria ciudad de medianoche
de medio-sueño de medio-recuerdo
las puertas de los zaguanes retumban
con estrépito de calle en calle

Quién es ese visitante nocturno de rostro desconocido,
qué viene a buscar, qué espía.
Es un mendigo que pide pan y albergue
es un ladrón, es un pájaro,
es un reflejo de nosotros mismos en el hielo.
Quién vuelve de un abismo de transparencia
e intenta volver a entrar en nosotros.

Él se da cuenta que hemos cambiado
que la llave ya no puede abrir la cerradura
de la puerta misteriosa de los cuerpos.
Aunque sólo hayan pasado segundos desde que nos dejó
en el momento inquietante en que se apaga la luz

¿Qué sucede entonces?
¿Dónde deambula? ¿Sufre?
¿Es ése el origen de los fantasmas?
¿El origen de los sueños?
¿El nacimiento de los recuerdos?

No toques nunca a mi puerta visitante.
No hay sitio en mi casa ni en mi corazón.
Para las antiguas imágenes de mí mismo
tal vez me reconozcas.
Yo no sabría ya reconocerte.
.............................................................
El cementerio

Aquí estará mi tumba, y sólo aquí, bajo tres árboles.
Recojo sus primeras hojas primaverales
Entre un zócalo de granito y una columna de mármol.
Recojo sus primeras hojas primaverales,
Pero otras hojas nacerán de la feliz podredumbre
De este cuerpo que, si puede, vivirá cien mil años.
Pero otras hojas nacerán de la feliz podredumbre,
Pero otras hojas se ennegrecerán
Bajo la pluma de los que cuentan sus aventuras.
Pero otras hojas se ennegrecerán
Con una tinta más líquida que la sangre y que el agua de las fuentes:
Testamentos incumplidos, palabras que se pierden más allá de los montes.
Con una tinta más líquida que la sangre y que el agua de las fuentes,
¿ Podré yo defender mi memoria del olvido
Como una jibia que huye perdiendo la sangre, perdiendo el aliento?
¿ Podré yo defender mi memoria del olvido?
.....................................................................
Como una mano que en el instante de la muerte y del naufragio...

Como una mano que en el instante de la muerte y del naufragio
                     se levanta al modo de los rayos del sol poniente, así surgen
                     por todas partes tus miradas.
Quizá ya no haya tiempo, ya no haya tiempo para verme,
Pero   la   hoja   que   cae  y   la   rueda   que   gira   te   dirán   que   nada
                     perdura en la tierra,
Salvo el amor,
Y de esto quiero convencerme.
Botes de salvamento de colores rojizos,
Tempestades en fuga,
Un vals anticuado que se llevan   el tiempo  y   el viento por los
                     largos caminos del cielo.
Paisajes.
No quiero más abrazos que aquel al que aspiro,
Y muera el canto del gallo.
Como una mano que en el instante de la muerte se crispa, así
                    se oprime mi corazón.
Nunca he llorado desde que te conocí.
Quiero demasiado a mi amor para llorar.
Tú llorarás sobre mi tumba,
o yo sobre la tuya.
No será demasiado tarde.
Hasta mentiré. Diré que fuiste mi amante,
Y al final todo es tan absolutamente inútil,
A ti ya mí muy cerca nos espera la muerte.
.................................................................
The night of lovelees nights 

Noche glacial y pútrida, noche espantable, noche
De fantasmas inválidos y de plantas podridas,
Incandescente noche, llama y fuego en los pozos,
Tinieblas sin relámpagos, astucias y mentiras.

En el fragor del río, ¿quién me mira? ¿Marinos,
Pescadores, ahogados? ¡Reventad los tumores
Malignos en la piel de las sombras fugaces,
Ya me han visto esos ojos, clamores: resonad!

Hasta los edificios alargaba ese día
El sol, en la ciudad, la sombra de los árboles.
Restallaban banderas en lo alto de las torres,
Daba a los sacrificios sus frutos el verano.

Vienes de lejos, sí, vomitando culebras,
Triste asesino, héroe, por cierto, sin dolor
El amante se esfuma, y a ti, hijo suicida
De tus obras, ¿ansiar la dicha te avergüenza?

En mi hielo, oh espectro, la noche se prolonga
Entre féretros fríos y pechos goteantes,
Quema y arde el amor como una falsa oronja
Y en las manos inválidas la sombra de una amante.

Sin embargo no eres de aquellos que desdeño.
Estréchame la mano, ¡oh mi hermano!, besémonos
Entre cartas de amor, entre cintas y peines,
La plegaria jamás ensució tus rodillas.

Buscabas en la playa al pie de los peñascos
La cala donde encallan las estrellas marinas:
Por el gélido cielo los fuegos del ocaso
Navegaban, y tú, soñando entre salinas,

Veías circular barcos desconocidos
En el agua agitada por saltos imposibles.
¿Dónde están esas tardes? Apuntad los cañones,
olas, hacia los blancos del cielo rumoroso.

Qué destino te hizo siervo de las severas,
Las de largos cabellos que hechizan colibríes,
Las que en el duro seno dan un fatal asilo,
Las que llevan un nido de misterio en la nuca,

Las que hallaste desnudas en noches de naufragio,
Las que incendios y páramos pueblan, las que mienten
Sin por eso perder la mirada sincera,
Las que agostó el fatal amor antes de tiempo,

Las de hondo corazón, las de piernas hermosas,
Las de sutil sonrisa, malvada y delicada,
Las de ternura ardiente como un diamante en llamas,
Las que en la marcha van meneando las caderas.

Las de bragas estrechas que estrangulan los muslos,
Las que bajo la falda llevan un pantalón
Blanco que, artificioso, les desnuda la piel
Entre la jarretera y el vuelo de volados,

Las que ansioso seguiste con esperanza o dudas
No se volvieron nunca, nunca para mirarte,
Y las flores marchitas que al andar arrojaban
Te arrastraron tras ellas, al azar de sus pasos.

Hasta la muerte, empero, las seguirás, sin pausa,
Con los ojos cansados de indagar las tinieblas,
De ver un nuevo día nacer sobre sus lechos
Y de albergar su sombra en tus ojos cerrados.

Con su mirada dulce y una rosa en la boca,
Torturarán tu pecho, derramarán tu sangre
Encarnizadamente, con sus manos crueles,
Como por castigar el amor que les dieron.

Qué dicha si bastara, para lograr su amor,
Hacer frente sin miedo a increíbles peligros,
Conservar siempre fieles el corazón y el alma
Para ver la ternura en sus ojos brillantes,

Pero los más audaces, si no los más sinceros,
Roban, a boca llena, a sus bocas un sí,
Y ante nosotros, como en un mascarón de proa,
Esplende su sonrisa y flotan sus cabellos.

Pues lo único rige el amor y sus penas,
Sólo él poseyó las almas fervorosas
Algunos, sometidos por desgracia a su ley
Víctimas de un verdugo fueron durante años.

En sus metamorfosis otros lo persiguieron:
Tras ojos muy azules, he aquí los muy negros
Brillando en una cara donde muere la rosa,
Más profundos que el cielo y la desesperanza.

Amo de sus insomnios y también de su sueño
En masa los arrastra, por diversos países,
En pos de epifanías y mares desventrados...
Será la pleamar y faltará la estrella.

Alguien me dijo que, extraviado entre hielos,
En un caos de montes y lejos de los mares,
Vio pasar sin violencia y sin humo la masa
Empenachada, inmensa, de un barco gigantesco.

Marinos silenciosos asían los cordajes
Y pájaros chillones rozaban los obenques,
Contra los parapetos soñaban bailarinas
Enfundadas en telas suntuosas y turbantes.

En sus cuellos y brazos enhebraban las joyas
Mil destellos glaciales, y grandes abanicos
De plumas, en sus manos, crepitaban, tendidos
Hacia escalas con torres rojas de fiesta y bailes.

Bailarines absortos en su melancolía,
En sueños comparaban sus ansias al acero.
Entre los montes era, en noche de locura,
Grandes nubes rozaban el flanco de los témpanos.

Hubo otro, también, que en medio de un calvero
Un rosal descubrió entre enhiestos abetos.
¿Cuántas rosas de sangre alcanzó a recoger
Antes de adormecerse, al alba, bajo el musgo?

Sus ojos preservaron, sin embargo, el extraño
Paisaje en la pupila, y su titubeante
Corazón eligió, para dejar la lucha,
El lugar que embalsaman la rosa y el tomillo.

En la época aquella en que con voz vibrante
Cantábamos, cruzamos singulares países
En que a nuestras amadas, con palabras de claro
Sentido familiar, el eco respondía.

Pero hoy, desde que la noche nos aplasta,
En nuestro pecho tienen acentos misteriosos
Esas voces, y cuando nos las trae el recuerdo
Su orden imperiosa nosotros no acatamos.

¿Escucháis esas voces cantando en la montaña,
Escucháis la trompetas romanas y los cuernos?
¿Por qué sólo cantamos estribillos de reos
Al compás de una eterna y lúgubre campana?

¿Será acaso Don Juan quien va por la alameda
En que la sombra se une a espectros del amor?
¿Ha marcado los pechos con su talón pesado
El paso que resuena en las noches desiertas?

No es por cierto el Don Juan que desciende impasible
La escalera bañada de luces infernales,
Ni aquel que profanó, escupiendo, la Biblia
Y bebía, burlón, con el Comendador.

Incomprendidos, nunca conmovieron sus ojos,
Ni conoció su boca sino el beso del sueño,
Y es el Don Juan que sueña, en sombríos ardores,
Con la que lo desprecia y lo ignora y sin tregua

Clava su boca muda, sus labios sepulcrales,
Sus helados diamantes en sus ojos y boca,
Crueles ojos de esfinge y manos animales
En sus ojos y manos, y en su estrella y su cielo.

Mas él, herido el pecho por difuntas quimeras,
Que hunden aún el pico pútrido en sus amores,
Con un beso viril, oh bellezas efímeras,
Os salvará quizás antes que llegue el fin.

En su boca la risa fresas aplastará,
Un destino más puro le marcará los ojos.
Es Baco que renace de brasas y ceniza,
En los dientes ceniza y brasas en las manos.

Mas por uno que vuelve, cuántos que sin morir
En los pies y en el alma llevan duras cadenas.
Los ríos correrán, se pudrirán los muertos...
Cada año las hayas se cubrirán de hojas.
...............................................................
Nadie más que tú

 Nadie más que tú pese a las estrellas y a las soledades
Pese a las mutilaciones de árboles al caer la noche
Nadie más que tú seguirá su camino que es el mío
Cuanto más te alejas más crece tu sombra
Nadie más que tú saludará nunca el mar al alba
cuando cansado de errar yo salido de los bosques tenebrosos
y de los matorrales de ortigas camine hacia la espuma
Nadie más que tú me pondrá la mano en la frente ni en los ojos
Nadie más que tú y niego la mentira y la infidelidad
Puedes cortar la cuerda de esta embarcación anclada
El águila prisionera en una jaula roe lentamente los barrotes de cobre cubiertos de verdín
¡Qué evasión!
Es el domingo señalado por el canto de los ruiseñores en los bosques de un suave verdor el
hastío de las niñas en presencia de una jaula en que se agita un canario mientras en la calle
solitaria el sol desplaza lentamente su línea delgada sobre la acera caliente
Cruzaremos otras líneas
Nadie nadie más que tú
Y yo solo solo solo como la hiedra marchita de los jardines suburbanos solo como el vidrio
Y tú nadie más que tú.
..................................................................
Esquina

Hay en esta esquina una atmósfera de recuerdos, de encuentros, de hechos extraños absurdos
y muy importantes
El naranja y el verde ponen flores en la vitrina de la farmacia
En las ventanas del café pueden leerse las inscripciones esmaltadas
La canción del transeúnte es la misma que en cualquier otra parte
El farol es el mismo
Las casas iguales a tantas otras
El mismo empedrado
Las mismas aceras
El mismo cielo
Y sin embargo muchos se detienen en este lugar
Muchos parecen encontrar aquí el olor de su propio cuerpo
Y el perfume de amores pasados
Irremediablemente sepultados en un tortuoso olvido.
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Este corazón que odiaba la guerra

¡ He aquí este corazón, que odiaba la guerra, anhelando el combate y la batalla
!Este corazón que no latía sino al ritmo de las mareas, de las estaciones, de las horas del día y
de la noche,
Helo aquí, hinchándose y enviando a las venas una sangre ardiente de salitre y de odio.
Y tanto ruido lleva al cerebro que los oídos me silban,
Y no es posible que ese ruido no invada la ciudad y aún los campos
Como el sonido de una campana llamando a la rebelión y al combate.
Escuchad. Lo oigo volver repetido por el eco.
Pero no, es el ruido de otros corazones, de millones de otros corazones que laten como el mío
en toda Francia.
Todos esos corazones palpitan al unísono por la misma tarea.
Su ruido es el del mar al asalto de los acantilados
Y toda esta sangre lleva a millones de cerebros la misma consigna :
¡ Todos contra Hitler y muerte a sus secuaces
!Sin embargo este corazón odiaba la guerra y palpitaba al compás de las estaciones,
Pero una sola palabra : Libertad, ha bastado para despertar las antiguas cóleras
Y millones de franceses se preparan en la sombra para la tarea que la aurora próxima les
impondrá.
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Cuento de hadas  

Había una vez  (y fueron tantas veces)
un hombre que adoraba a una mujer.
Había una vez (la vez fue muchas veces)
que una mujer a un hombre idolatraba.
Había una vez (lo fue muchas más veces)
una mujer y un hombre que no amaban
o aquel o aquella que los adoraban.

Había una vez (tal vez sólo una vez)
una mujer y un hombre que se amaban.
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Infinitivo

Ahí morir oh bella pavesa ahí morir
ver las nubes fundirse como la nieve y el eco
principios del sol y del blanco pobres como Job
no morir aún y ver durar la sombra
nacer con el fuego y no morir
apretar y abrazar amor fugaz el cielo opaco
ganar las alturas abandonar el borde
y quien sepa descubrir lo que amo
omita transmitir mi nombre a través de los años
reír en horas tormentosas dormir al pie de un pino
gracias a las estrellas iguales a una cifra
y morir de lo que amo al borde de las llamas.