Yo leo a los maestros

viernes, 24 de julio de 2009

FRIEDRICH HÖLDERLIN (1770 - 1845) Alemania


A LAS PARCAS

Un verano y un otoño más os pido, Poderosas,
para que pueda madurar mi canto,
y así, saciado con tan dulce juego,
mi corazón se llegue hasta morir.

El alma que aquí abajo fue frustrada
no hallará reposo, ni en el Orco,
pero si logro plasmar lo más querido
y sacro ante todo, la poesía,

entonces sonreiré satisfecho a las feroces
sombras, aunque debiera dejar
en el umbral mi voz. Un solo día
habré vivido como los dioses. Y eso basta.
.....................................
LA DESPEDIDA
¿Queríamos separarnos? ¿Era lo justo y lo sabio?
¿Por qué nos asustaría la decisión como si fuéramos
a cometer un crimen?
¡Ah! poco nos conocemos,
pues un dios manda en nosotros.
¿Traicionar a ese dios? ¿Al que primero nos infundió
el sentido y nos infundió la vida, al animador,
al genio tutelar de nuestro amor?
Eso, eso yo no lo hubiera permitido.
Pero el mundo se inventa otra carencia,
otro deber de honor, otro derecho, y la costumbre
nos va gastando el alma
día tras día disimuladamente.
Bien sabía yo que como el miedo monstruoso y arraigado
separa a los dioses y a los hombres,
el corazón de los amantes, para expiarlo,
debe ofrendar su sangre y perecer.
¡Déjame callar! Y desde ahora, nunca me obligues a contemplar
este suplicio, así podré marchar en paz
hacia la soledad,
¡y que este adiós aún nos pertenezca!
Ofréceme tú misma el cáliz, beba yo tanto
del sagrado filtro, tanto contigo de la poción letea,
que lo olvidemos todo
amor y odio!
Yo partiré. ¡Tal vez dentro de mucho tiempo
vuelva a verte, Diotima! Pero el deseo ya se habrá desangrado
entonces, y apacibles
como bienaventurados
nos pasearemos, forasteros, el uno cerca al otro conversando,
divagando, soñando, hasta que este mismo paraje del
adiós
rescate nuestras almas del olvido
y dé calor a nuestro corazón.
Entonces volveré a mirarte sorprendido, escuchando como otrora
el dulce canto, las voces, los acordes del laúd,
y más allá del arroyo la azucena dorada
exhalará hacia nosotros su fragancia.
......................................
GRECIA

Tanto vale el hombre y tanto vale el esplendor de la vida,
Los hombres a menudo son amos de la naturaleza,
Para ellos la tierra hermosa no está escondida,
Sino que con dulzura se desnuda mañana y tarde.
Los campos abiertos son como los días de la siega,
Alrededor se extiende espiritual la vieja Leyenda,
Una vida nueva vuelve siempre a nuestra humanidad,
Y el año se inclina aún una vez silenciosamente.
.....................................
EDADES DE LA VIDA
¡Oh, urbes del Eufrates!
¡Oh, calles de Palmira!
¡Oh, bosques de columnas sobre el llanto desierto!
¿Qué sois?
De vuestras coronas,
al haber traspasado los límites
de aquellos que respiran,
por el humo de los dioses
y su fuego fuisteis despojadas;
pero sentado ahora bajo nubes
( cada cual reposando en su propia quietud)
bajo robles hospitalarios,
en la umbría donde pacen los corzos,
extrañas se me hacen y muertas
las almas venturosas.
..............................
DIOTIMA (2)
Ven y apacíguame, tú que supiste calmar elementos,
luz de las musas celestes, del caos el siglo,
guía la lucha feroz con celestial armonía,
hasta ver en el pecho mortal lo disperso agruparse,
y la antigua índole humana, tranquila, valiente,
ver serena del vórtice del tiempo, y fuerte, surgir.
¡Vuelve al alma indigente del pueblo, radiante belleza!
¡Torna a la hóspite mesa, y al templo torna otra vez!
Pues que Diotima vive, como leve brote de invierno,
y aunque rica en su espíritu propio, busca la luz.
Pero ya el sol del espíritu, ya el bello mundo se oculta,
y en la noche glacial sólo hay fragor de huracanes.
...............................
CANTO DEL DESTINO DE HIPERIÓN
Vagáis arriba en la luz,
en blando suelo, ¡genios felices!
brisas de Dios, radiantes,
suaves os rozan
como los dedos de la artista
las cuerdas santas.
Sin sino, como infantes
que duermen, respiran los dioses;
resplandecen
en casto capullo guardados
sus espíritus
eternamente.
Y en sus ojos beatos
brilla tranquilo
fulgor perpetuo.
Mas no nos es dado
en sitio alguno posar.
Vacilan y caen
los hombres sufrientes,
ciegos, de una
hora en la otra,
como aguas de roca
en roca lanzados,
eternamente, hacia lo incierto.
...........................
CUANDO YO ERA NIÑO
Cuando yo era niño
un dios solía salvarme
del griterío y la cólera de los hombres;
entonces jugaba, tranquilo y bueno,
con las flores del bosquecillo,
y las brisas del cielo
jugaban conmigo.
Y así como regocijas
el corazón de las plantas
cuando ante ti
extienden sus dulces brazos,
así alegrabas mi corazón,
¡Padre Helios!, y, como Endymion,
era tu amado,
sagrada Luna.
¡Oh vosotros todos, leales,
amigos dioses;
si supiéseis
cómo mi alma os ha querido!
En verdad, no os llamaba entonces
con nombres, y vosotros
nunca me nombrábais. igual que los hombres se llaman
como si se conocieran.
Y no obstante os conocía mejor
que nunca he conocido a los hombres.
....................................

HIPERIÓN O EL EREMITA DE GRECIA
(fragmento)

A ser uno con todo lo viviente, volver en un feliz olvido de sí mismo, al todo de la naturaleza. A menudo alcanzo esa cumbre, pero un momento de reflexión basta para despeñarme de ella. Medito, y me encuentro como estaba antes, solo, con todos los dolores propios de la condición mortal, y el asilo de mi corazón, el mundo enteramente uno, desaparece; la naturaleza se cruza de brazos, y yo me encuentro ante ella como ante un extraño, y no la comprendo. Ojalá no hubiera ido nunca a vuestras escuelas, pues en ellas es donde me volví tan razonable, donde aprendí a diferenciarme de manera fundamental de lo que me rodea; ahora estoy aislado entre la hermosura del mundo, he sido así expulsado del jardín de la naturaleza, donde crecía y florecía, y me agosto al sol del mediodía. Oh, sí! El hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona. "
............................................
EL AEDA CIEGO

¿Dónde estás, jovencísima, tú que siempre
me despiertas de mañana? ¿Dónde estás, luz?
Mi corazón se ha despertado, pero la noche
aún me tiene preso de su encanto sagrado.

Antes me gustaba acechar el amanecer,
esperarte en la colina. Pero nunca en vano.
Nunca, oh Propicia, me han engañado tus heraldos,
las brisas, pues tú siempre aparecías.

Venías esparciendo la dicha por tu habitual sendero,
aparecías en tu hermosura. ¿Dónde estás?
Mi corazón de nuevo vela, mas la noche infinita
me retiene todavía.

Antaño yo gozaba de tus verdes follajes,
las flores brillaban para mí, como mis ojos;
el rostro de los míos era algo cercano
que iluminaba mi camino. Cuando joven

miraba retozar en torno a los bosques
a todas las alas del cielo.
Hoy, en cambio, me quedo solo y silencioso,
hora tras hora, y me imagino

formas hechas de la dicha y las penas
de días que fueron más claros,
y espío a lo lejos la llegada
del salvador, del amigo que me ayudará.

Al mediodía oigo a veces la voz del tonante
cuando viene con su paso de hierro.
Sacúdese la casa entonces, y el suelo tiembla
bajo su pisada, y en la montaña repercute.

También en la noche oigo a mi salvador,
que mata, libera, da la vida,
lo admiro cuando sube del poniente
al oriente. Y sonáis, cuerdas mías,

para él son vuestros acordes. Y mi canto
se reanima al acercarse, y así
como la fuente sigue al río adonde quiera,
yo voy tras su segura marcha
y me uno a su órbita errabunda.

¿Dónde, dónde estás? Te oigo aquí y allá,
oh resplandeciente! Y la tierra
resuena en torno. ¿Dónde te detendrás?
Dime, qué hay allá en lo alto, detrás
de las nubes. ¿Pero qué me sucede?

Oh, día, día que apareces por encima
de las nubes que caen, bienvenido seas!
Mis ojos se dilatan cuando llegas, astro
de mi juventud. Oh dicha, luz de antaño,

que te difundes hoy más inmaterial
desde el cáliz sagrado! Y tú, casa paterna,
y vosotros, queridos míos, que antes
me acogiste, aproximaos!

Venid a compartir este júbilo!
Venid, el que recobró la vista os bendice!
Esta felicidad es demasiado! Quitadme la vida,
arrancad este divino rayo de mi corazón!

......................................
APLAUSO HUMANO

Desde que amo
¿Acaso no está lleno mi corazón
de una vida más honda,
y es, a la vez, más puro?

¿Por qué, pues, cuando yo era más salvaje
y orgulloso, y vacío, y mis palabras
más ricas,
me escuchabais con atención más firme?

La muchedumbre, ay, gusta
de lo que por las plazas
se vende; y sirve bien al poderoso
quien es esclavo. En lo divino
tan sólo creen ya los divinos.
.....................................

domingo, 12 de julio de 2009

JOHN DONNE (1572 - 1631) Inglaterra

POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS

Ningún hombre es en sí
Equiparable a una isla;
Todo hombre es un pedazo del continente,
Una parte de tierra firme;
Si el mar llevara lejos un terrón,
Europa perdería
Como si fuera un promontorio.
Como si se llevara una casa solariega
De tus amigos o la tuya propia.
La muerte de cualquier hombre me disminuye,
Porque soy una parte de la humanidad.
Por eso no preguntes nunca
Por quién doblan las campanas,
Están doblando por ti.
.....................................
EL MENSAJE

Devuélveme mis ojos largamente descarriados,
pues es ya mucho el tiempo que han estado sobre ti;
mas ya que tales males allí han aprendido,
tales conductas forzadas
y apasionamiento falso,
que por ti
nada bueno pueden ver, quédatelos para siempre.

Devuélveme mi corazón inofensivo,
que pensamiento indigno no podría mancillarlo,
pero si el tuyo le enseñara
a burlarse
del amor;
a quebrantar
palabra y juramento,
quédatelo, porque mío no será.

Pero devuélveme mi corazón, mis ojos,
que pueda ver y conocer tu falsedad;
que pueda reírme y gozar
cuando te angusties,
cuando languidezcas
por aquel
que no querrá,
o, como tú ahora, falso sea.
.................................
LA SALIDA DEL SOL

Viejo necio afanoso, ingobernable sol,

¿por qué de esta manera,
a través de ventanas y visillos, nos llamas?
¿Acaso han de seguir tu paso los amantes?
Ve, lumbrera insolente, y reprende más bien
a tardos colegiales y huraños aprendices,
anuncia al cortesano que el rey saldrá de caza,
ordena a las hormigas que guarden la cosecha;
Amor, que nunca cambia, no sabe de estaciones,
de horas, días o meses, los harapos del tiempo.

¿Por qué tus rayos juzgastan fuertes y esplendentes?
Yo podría eclipsarlos de un solo parpadeo,
que más no puedo estarme sin mirarla.
Si sus ojos aún no te han cegado,
fíjate bien y dime, mañana a tu regreso,
si las Indias del oro y las especias
prosiguen en su sitio, o aquí conmigo yacen.
Pregunta por los reyes a los que ayer veías
y sabrás que aquí yacen Todos, en este lecho.

Ella es todos los reinos y yo, todos los príncipes,
y fuera de nosotros nada existe;
nos imitan los príncipes. Comparado con esto,
todo honor es remedio, toda riqueza, alquimia.
Tú eres, sol, la mitad de feliz que nosotros,
luego que a tal extremo se ha contraído el mundo.
Tu edad pide reposo, y pues que tu deber
es calentar el mundo, con calentarnos baste.
Brilla para nosotros, que en todo habrás de estar,
este lecho tu centro, tu órbita estas paredes.
.................................
UNA LECCIÓN SOBRE LA SOMBRA

Detente, Amor, y os daré una conferencia
sobre la filosofía de la Pasión.
Durante las tres horas de este paseo,
dos sombras, que nosotros mismos producíamos,
custodiaban nuestros pasos.
Pero ahora el sol se alza sobre nuestras cabezas.
Ya pisamos nuestras sombras,
y todas las cosas están bañadas en intrépida luz.
Así, mientras nuestro primer amor crecía,
surgían de nosotros, y de nuestra tribulación;
sombras y disfraces. Pero ya no.
El Amor no ha alcanzado su máximo esplendor
cuando aún debe cuidar de ocultarse.
A menos que nuestros amores permanezcan
en este mediodía, proyectaremos
nuevas sombras hacia el lado opuesto.
Como las primeras, que fueron para cegar a los demás,
estas sombras obrarán sobre nosotros,
y cegarán nuestros ojos.
Si nuestros amores disminuyen,
y declinan hacia el oeste,
falsamente me ocultarás tus actos,
y yo cobijaré los míos.
Las sombras de la mañana desaparecen,
pero estas se alargan con el día,
y ¡Ay, corto es el Día del Amor, si el amor decae!
El Amor es una luz creciente,
o en plenitud constante;
su primer instante después del mediodía es la Noche.
........................................
LOS BUENOS DÍAS

¿Qué hicimos, a fe mía, hasta el instante de amarnos?
¿Apenas habíamos empezado a vivir hasta entonces?
¿Absorbíamos puerilmente los placeres encendidos del campo?
¿O roncábamos en la cueva de los siete durmientes?
Así fue; pero eran fantasías todos esos placeres.
Siempre que descubría alguna belleza
y la deseaba, eras tú a la que anhelaba en mis sueños.
Y ahora buenos días a nuestras almas que despiertan,
Que se observan una a otra no sin miedo;
Por amor todo amor sobre otras miradas prevalece,
Y construye un pequeño refugio en cualquier parte.
Que los descubridores de mares visiten nuevos mundos,
Que mundos sobre mundos a otros los mapas les enseñen,
Déjennos conquistar un mundo;
Cada uno posee el suyo, y es sólo uno.
Mi rostro en tus ojos, en los míos el tuyo,
En los rostros descansan los fieles corazones;
¿Dónde podríamos encontrar dos hemisferios tan perfectos
Sin el Norte glacial, sin el agonizante ocaso?
Aquello que muere no está debidamente amalgamado;
Si son nuestros amores uno, o si nos amamos
Sin desmayo, de ningún modo moriremos.
.................................
SONETOS SACROS

X.

Muerte, no envanezcas, pues aunque se te juzga...

Muerte, no envanezcas, pues aunque se te juzga
poderosa y temible, no lo eres;
porque aquellos que piensas que derrumbas
como tampoco puedo yo, magra muerte, no mueren.
Si encontramos placer en el sosiego y el sueño
que no son sino tu imitación,
traerás tú entonces mayor satisfacción.
Y entre nosotros los mejores pronto irán contigo
¡libertad de sus almas y descanso de sus huesos!
De reyes y suicidas esclava,
del azar y el destino.
Tu morada es el veneno, la guerra y las plagas;
y nos hacen dormir la amapola y el hechizo
mejor que tu estocada.
¿Por qué entonces te has de envanecer?
Cuando el breve sueño pasa, despertamos eternos.
Tú morirás, muerte, y dejarás de ser.
...................................
AL ROMPER EL DÍA

Es cierto, es ya de día, ¿y a nosotros
qué nos importa? ¿Piensas levantarte
de nuestra cama? ¿Por qué, porque hay luz?
¿Nos acostamos porque anochecía?
Amor, que aquí nos trajo a pesar de la noche,
debiera mantenernos juntos pese al día.

La luz no tiene lengua, es toda ojo;
si hablar pudiera como puede espiar,
lo peor de que podría ser testigo
es de que, estando bien, querría quedarme
y de que tanto amé a mi corazón y honor
que no acepté alejarme de su dueño.

¿Te debe alejar tu trabajo de mí?
Oh, ése es el más cruel mal del amor:
el pobre, el falso, el flojo aceptan
amar con calma, no el hombre ocupado.
Quien tiene trabajo y seduce a una dama perjura
igual que un hombre casado que corteja a otra.
................................
ALQUIMIA DE AMOR

Algunos que más hondo que yo en la mina del amor han excavado
dicen dónde se halla su céntrica felicidad.
Yo he amado, y poseído, y relatado,
mas, aunque hasta la ancianidad amara, poseyera y refiriera,
ese misterio escondido no habría de encontrarlo.
Todo, ¡ay!, es impostura.
Y como ningún alquimista obtuvo aún el elixir,
mas su marmita repleta glorifica
si por casualidad algo odorífero o medicinal le sobreviene,
así un deleite pleno y prolongado sueñan los enamorados,
para obtener una noche de estío, de apariencia invernal.

Por esta vana sombra de burbuja ¿habremos de entregar
nuestro bienestar, esfuerzo, honor y vida?
¿En esto amor termina? ¿puede cualquiera
tan feliz ser como yo si soportar puede
la burla breve de una representación de novio?
Ese infeliz amante que asegura,
no es la médula del cuerpo; es de la mente,
lo que él en ella angelical encuentra,
igual jurar podría que escucha en el rudo,
crudo, griterío de ese día, las esferas.
No esperes hallar inteligencia en la mujer: a lo sumo,
dulzura e ingenio; momias , sólo, poseídas.
...........................................
EL ÉXTASIS

En una preñada colina que se ondula
como una almohada sobre un lecho,
para que las violetas reclinen sus cabezas,
nos sentamos tu y yo, cada cual lo mejor del /otro.
Nuestras manos, estrechamente ligadas
por un fuerte bálsamo que de ellas provenía,
y nuestras miradas, entrelazadas,
ensartando nuestros ojos en una doble /cuerda;
Entretejer así nuestras manos era, por el /momento,
el único medio de hacer de ambos, uno,
y nuestra única propagación,
las imágenes de nuestros ojos.
Como en dos ejércitos iguales, el destino
aplaza la incierta victoria,
nuestras almas (que para engrandecer su /condición
salieron del cuerpo), estaban suspendidas /entre ella y yo.
........................................
UN BARCO INCENDIÁNDOSE

Fuera de un barco incendiado,
que por ninguna manera
sólo ahogándose,
podrían salvarse de la llama,
algunos hombres saltan desesperados,
cada un a como puede.
Cerca están los barcos enemigos,
que con sus tiros los hacen caer;
Todo lo que en el barco se encontraba,
así que se perdió
ellos en el mar fueron incendiado,
y ellos en el barco quemado se ahogaron.
.......................................