Yo leo a los maestros

domingo, 28 de junio de 2009

JAROSLAV SEIFERT (1901 - 1986) República Checa

EL BARCO EN LLAMAS

Emprendí el camino al anochecer.
El que busca
suele ser esperado.
Al que espera, le encuentran.

Fui dejando detrás pequeñas ciudades dormidas,
rincones tejidos de hiedra,
donde quedaba aún algo de la música
de primavera,
hasta que me atrapó la noche.

En su oscuridad estalló una llama.
Alguien gritó:
¡Arde el barco!
La lengua apasionada de la llama
rozaba la desnudez del agua
y los hombros de la joven
temblaban de placer.

Bajo las nerviosas ramas del sauce
que daba sombra a la fuente,
en cuyo fondo se oculta la tiniebla
cuando hay luz,
a una joven.
Empezaba a amanecer.
Ella intentaba bajar del brocal
un cubo mojado.

Tímidamente le pregunté
si había visto la llama.
Me miró con sorpresa,
volvió hacia atrás la cabeza
y un momento después, dudando, asintió.
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SER POETA

La vida ya hace tiempo me enseñó
que la música y la poesía
son en este mundo lo más hermoso
que puede darnos,
excepto el amor.

En una antigua crestomatía,
publicada aún en tiempos del viejo Imperio austrohúngaro,
en el año en que murió Vrchlický
busqué el tratado que hablara
de poética y de los adornos poéticos.
Luego puse una rosa en un vasito,
encendí una vela
y empecé a escribir mis primeros poemas.

Inflámate, llama de las palabras, y arde,
aunque acaso me quemes los dedos.
Una metáfora sorprendente
es más que un anillo de oro en la mano.
Pero ni siquiera la metodología de Puchmajer
me sirvió de nada.
En vano recogía las ideas
y con fuerza cerré los ojos
para poder oír el misterioso primer verso.
En la oscuridad, lugar de las palabras,
entreví una sonrisa de mujer
y en el viento cabellos ondeantes.

Era mi propio destino
tras el que corrí, tropezando a veces,
sin respirar,
toda mi vida.
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APAGAD LAS LUCES

En silencio. Que no se caiga el rocío
que tiembla en la punta misma de las pestañas;
sin hacer ruido. silenciosamente. sin patetismo,
a aquella noche le digo: no fuiste de las peores.

Con las alas de la guarda
de las tinieblas, no nos envolvió tu ángel,
que con nosotros estaba, oh noche seria
después de frívolas noches, con violencia.

Y el grito que por tu alfombra se extiende
cuando de horror las manos nos estrechamos,
ese espantoso grito que puede oír cualquiera todavía,
una llamada dulce es para mí.

¡Apagad las luces! que no se caiga el rocío
que tiembla en la punta misma de las pestañas;
sin hacer ruido, silenciosamente, sin patetismos,
digo: cuál, cuál era la claridad

de aquella noche en que todo oscureció,
en que todos como sombras
en su tronco se encogieron.
Sé bien, sé muy bien que entonces hubiera sido mejoro
ír el estruendo.
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CANCIÓN

Agita un pañuelo blanco
el que se despide.
Cada día acaba algo,
acaba algo muy hermoso.

La paloma mensajera bate el aire con las alas,
de vuelta a casa.
Con esperanza y sin esperanza
siempre volvemos a casa.

Sécate las lágrimas
y sonríe con los ojos llorosos,
cada día empieza algo,
empieza algo muy hermoso.
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¡ADDIO, HERMOSA LLAMA!

¡Addio, hermosa llama!
La canción se ha herido levemente la frente
y aquella a quien iba dirigida, ha callado
lo que no podía pronunciarse.

¡No enciendas! Durante el crepúsculo
las palabras no parecen tan audaces.
¡Addio, hermosa llama!
La canción se ha herido levemente la frente.

Y ambos estaban confundidos.
Titubeando abrió la ventana.
Cayó la luz nocturna sobre el día.
Ya lo lejos Praga se sonrosaba.
¡Addio, hermosa llama!
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CANCIÓN DE AMOR

Oigo lo que no oyen los demás,
pies descalzos pisando terciopelo.

Suspiros bajo el sello de una carta,
el estremecimiento de las cuerdas, cuando no vibran.

A veces, huyendo de la gente,
veo lo que no ven los demás.

El amor, vestido con la risa
que se oculta en las pestañas, cubriendo los ojos.

Cuando aún tiene copos de nieve en los bucles,
veo florecer la rosa en el rosal.

Oí al amor partir
cuando unos labios por primera vez rozaron los míos.

Quién, sin embargo, detendrá mi esperanza:
ni siquiera el miedo al desengaño,

para que a tus rodillas no se ponga.
La más hermosa suele estar loca.
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EL TÍMIDO SUSURRO DE LA BOCA BESADA...

El tímido susurro de la boca besada
que sonríe: Por un sí,
que hace tiempo no escucho.
Ni tampoco me toca.
Sin embargo quisiera encontrar aún palabras
que estén amasadas
de miga de pan,
o de olor de tilos.
Pero el pan se ha puesto mohoso
y el perfume amargo.

Y en torno a mí se arrastran palabras de puntillas
y me ahogan,
cuando quiero asirlas.
Matarlas no puedo,
y a mí me matan.
¡Y retumban las puertas a golpes de maldiciones!
Si pudiera obligarlas a bailar para mí
se quedarían mudas.
Y aún cojearían.

Sin embargo sé muy bien
que el poeta está obligado siempre a decir más
que lo que esconde el rumor de las palabras.
Yeso es la poesía.
De lo contrario con la palanca del verso no podría
hacer saltar el capullo de los melosos goznes
y obligar al escalofrío
a que nos recorra la espalda
mientras desnuda la verdad.
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JARDÍN DE CANAL

1

He tenido que llegar a edad avanzada
para aprender a amar el silencio.
Conmueve a veces más que la música.
En el silencio aparecen señales emocionadas
y en las encrucijadas de la memoria
detectas nombres
que el tiempo pretendía ahogar.

Por la noche, en las copas de los árboles,
puedo oír hasta el corazón de los pájaros.
Y al caer el día, una vez, en el cementerio,
oí de lo hondo de una tumba
crujir de un ataúd.
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TÓRTOLA, CÁLLATE...

Tórtola, cállate, deja de arrullar,
en estos parajes a nada procurarás dulzura
y golpea la piedra con el ala indefensa
para que se levante el rabino,
lleva ya mucho rato durmiendo.

Con ondulación de tumba, que vaya a la sinagoga,
pues aquellos que marcharon hace tiempo
algunas veces regresan,
que los vivos se van siempre
y el mundo se quedaría vacío.

Que entre en el umbral y peine el crepúsculo
de barba gris.
Aquí está la primavera, el tiempo de Pascua empieza
y ha llegado ya el momento
de cantar el Cantar de los cantares
delante del cortinaje de la tora.
Que empiece el cantar,
escucharemos aquel grandioso cántico de muerte,
el cantar más triste de todos los cantares
escritos no hace mucho sobre la pared húmeda.

Que los nombres de los asesinados
pegados con sangre
caigan en la cúpula del cementerio y que le entierren.
Ya es bastante viejo.
Las piedras que en pie seguían
se inclinan e inclinadas caen al suelo.
¡Qué se oiga su voz
en el valle del silencio
y esparza ya aquellas manchas
que bailan entre las tumbas!
Su capa
está tejida de hedor de putrefacción
y los huecos de sus ojos con escamas de peces
están pegados.

Cuando ya incluso la mezuza tan sagrada
ha perdido su poder,
cuando ya ni siquiera las oraciones llegan
y caen atrás como flechas a mitad del camino,
quizá se abra paso su cantar
hacia el cielo cerrado.

Un arco iris de siete
tiende en el paisaje de primavera.
¿Qué es lo que huele?, huele el aire
y algo más huele en mayo:

la rosa silvestre.

Esas hojas suyas inocentes
son el saludo de antaño para mí tan querido.
No, no te cambiaría por otras,
ya fueran las más bellas rosas,

rosa silvestre.

Veo a mi madre cuando era joven.
a por la hierba y lleva una rosa.
Mas cuando cae la flor del arbusto
la imagen de nuevo se desvanece,

rosa silvestre.
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LA PEQUEÑA HENDELE

La pequeña Hendele los conoce bien
y mira llorando desde detrás de la alambrada,
tendida como las líneas de un cuaderno,
y observa los manojos de vilanos
que florecen como si nada.
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viernes, 12 de junio de 2009

GUILLAUME APOLLINAIRE (1880 - 1918) Francia

EL ADIÓS

Recogí esta brizna en la nieve
Recuerda aquel otoño
En breve
No nos veremos más
Yo muero
Olor del tiempo brizna leve
Recuerda siempre que te espero
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EL PUENTE MIRABEAU

El puente Mirabeau mira pasar el Sena
Mira pasar nuestros amores.
Y recuerda al alma serena
Que la alegría siempre viene tras de la pena

Viene la noche suena la hora
Y los días se alejan
Y aquí me dejan

Frente a frente mirémonos-las manos enlazadas-
Mientras que pasan bajo el puente
De nuestros brazos -fatigadas-
Las hondas silenciosas de nuestras dos miradas

Viene la noche suena la hora
Y los días se alejan
Y aquí me dejan

El amor se nos fuga como esta agua corriente
El amor se nos va
Se va la vida lentamente
Cómo es de poderosa la esperanza naciente

Viene la noche suena la hora
Y los días se alejan
Y aquí me dejan

Huyen el lento día y la noche serena
Mas nunca vuelven
Los tiempos que pasaron ni el amor ni la pena
El puente Mirabeau mira pasar el Sena

Viene la noche suena la hora
y los días se alejan
y aquí me dejan
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CUARTO POEMA SECRETO A MADELAINE

Mi boca tendrá ardores de averno,
mi boca será para ti un infierno de dulzura,
los ángeles de mi boca reinarán en tu corazón,
mi boca será crucificada
y tu boca será el madero horizontal de la cruz,
pero qué boca será el madero vertical de esta cruz.
Oh boca vertical de mi amor,
los soldados de mi boca tomarán al asalto tus entrañas,
los sacerdotes de mi boca incensarán tu belleza en su templo,
tu cuerpo se agitará como una región durante un terremoto,
tus ojos entonces se cargarán
de todo el amor que se ha reunido
en las miradas de toda la humanidad desde que existe.

Amor mío
mi boca será un ejército contra ti,
un ejército lleno de desatinos,
que cambia lo mismo que un mago
sabe cambiar sus metamorfosis,
pues mi boca se dirige también a tu oído
y ante todo mi boca te dirá amor,
desde lejos te lo murmura
y mil jerarquías angélicas
que te preparan una paradisíaca dulzura en él se agitan,
y mi boca es también la Orden que te convierte en mi esclava,
y me da tu boca Madeleine,
tu boca que beso Madeleine.
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CINCO POEMAS A LOU

Llegó el invierno y ya he vuelto a ver los brotes
En las higueras los cercados Amor nosotros vamos
Hacia la paz esta primavera de guerra en la que estamos
Estamos bien Aquí escucha el grito de los hombres
Un marino japonés se rasca el ojo izquierdo con el
pulgar del pie derecho

Por el camino del exilio vienen los hijos de reyes
Mi corazón gira alrededor de ti como un kolo donde
bailan jóvenes soldados serbios junto a una virgen
dormida

El infante rubio da caza a sus ladillas bajo la lluvia
Un belga que se ha internado en los Países Bajos lee un
periódico en el que hablan de mí
En el dique una reina observa espantada el campo de
batalla

El enfermero cierra los ojos ante la horrible herida
El campanero ve caer el campanario como una pera
madura
El capitán ingles cuyo barco naufraga fuma su ultima
pipa de opio

Los hombres gritan Grito cara a la primavera de paz
que va a venir
Escucha el grito de los hombres
Pero yo grito cara a ti mi Lou eres mi paz mi primavera
Tu eres mi querida Lou la dicha que yo aguardo
Por ella nuestra dicha me preparo para la muerte
Por ella nuestra dicha sigo confiando en la vida
Por ella nuestra dicha luchan los ejércitos
Apuntamos utilizando un espejo sobre la infantería
diezmada
Los obuses pasan como estrellas fugaces
Los prisioneros van en tropas dolientes
Y mi corazón tan solo late por ti querida
Mi amor mi Lou mi arte y mi artillería
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OH PUERTAS DE TU CUERPO...

Oh puertas de tu cuerpo
Son nueve y las he abierto todas
Oh puertas de tu cuerpo
Son nueve y para mí se han vuelto a cerrar todas

En la primera puerta
La Clara Razón ha muerto
Era ¿te acuerdas? el primer día en Niza
Tu ojo izquierdo así como una culebra se desliza
Hasta mi corazón
Y que se vuelva a abrir de nuevo la puerta de tu mirada izquierda

En la segunda puerta
Ha muerto toda mi fuerza
Era ¿te acuerdas? en un albergue en Cagnes
Tu ojo derecho palpitaba como mi corazón
Tus párpados latían como en la brisa laten las flores
Y que se vuelva a abrir de nuevo la puerta de tu mirada derecha

En la tercera puerta
Escucha latir la aorta
Y todas mis arterias hinchadas por tu sólo amor
Y que se vuelva a abrir de nuevo la puerta de tu oído izquierdo

En la cuarta puerta
Me escoltan todas las primaveras
Y aguzando el oído se escucha del bonito bosque
Subir esta canción de amor y de los nidos
Tan triste para los soldados que están en la guerra
Y que se vuelva a abrir de nuevo la puerta de tu oído derecho

En la quinta puerta
Es mi vida que te traigo
Era ¿te acuerdas? en el tren que volvía de Grasse
Y en la sombra muy cerca muy bajito
Tu boca me decía
Palabras de condenación tan perversas y tan tiernas
Que pregunto a mi alma herida
Cómo pude oírlas sin morir
Oh palabras tan dulces tan fuertes que cuando lo pienso me parece tocarlas
Y que se abra de nuevo la puerta de tu boca

En la sexta puerta
Tu gestación de putrefacción oh Guerra está abortando
He aquí todas las primaveras con sus flores
He aquí las catedrales con su incienso
He aquí tus axilas con su divino olor
Y tus cartas perfumadas que huelo
Durante horas
Y que se vuelva a abrir de nuevo la puerta del lado izquierdo de tu nariz

En la séptima puerta
Oh perfumes del pasado que la corriente de aire se lleva
Los efluvios salinos daban a tus labios el sabor del mar
Olor marino olor de amor bajo nuestras ventanas se moría el mar
Y el olor de los naranjos te envolvía de amor
Mientras en mis brazos te acurrucabas
Quieta y callada
Y que se vuelva a abrir de nuevo la puerta del lado derecho de tu nariz

En la octava puerta
Dos ángeles mofletudos cuidan de las rosas temblorosas que soportan
El cielo exquisito de tu cintura elástica
Y heme aquí armado con un látigo hecho con rayos de luna
Los amores coronados con jacinto llegan en tropel.
Y que se vuelva a abrir de nuevo la puerta de tu alma

Con la novena puerta
Es preciso que salga el amor mismo
Vida de mi vida
Me junto contigo para la eternidad
Y por el amor perfecto y sin ira
Llegaremos a la pasión pura y perversa
Según lo que queramos
A todo saber a todo ver a todo oír
Yo me renuncié en el secreto profundo de tu amor
Oh puerta umbrosa oh puerta de coral vivo
Entre dos columnas de perfección
Y que se vuelva a abrir de nuevo la puerta que tus manos saben abrir tan bien
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SI YO MUERO ALLÁ LEJOS EN EL FRENTE DE GUERRA...

Si yo muero allá lejos en el frente de guerra
Tú llorarás un día oh Lou mi gran amor
y después mi recuerdo se apagará en la tierra
Como un obús que estalla en el frente de guerra
Bello obús semejante a la mimosa en flor

Más tarde este recuerdo que en el aire ha estallado
Cubrirá con mi sangre la tierra toda entera
El valle el mar y el astro que pasa como al lado
De Baratier los frutos de oro en primavera

Presencia en cada cosa olvidada y viviente
Yo encenderé el color de tus senos rosados
Encenderé tus labios y tu cabello ardiente
Tú no envejecerás y todo lo existente
Cobrará nueva vida sobre el destino amado

La fuga ineluctable de mi sangre en el mundo
Dará un fulgor más vivo al sol agonizante
Hará la flor más roja y hará el mar más profundo
Un amor inaudito descenderá hasta el mundo
Y tendrá más poder en tu cuerpo tu amante

Si al morir allá lejos mi recuerdo se olvida
Recuerda Lou en los éxtasis más puros de tu vida
-En tus días de ardor y pasión amorosa-
Que mi sangre es la fuente de esta dicha futura
Y siendo la más bella sé tú la más dichosa
Oh mi amor oh mi única oh mi inmensa locura!
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SOMBRA

De nuevo estáis aquí a mi lado
Recuerdos de mis compañeros muertos en la guerra
La oliva del tiempo
Recuerdos que no sois más que uno solo
Como cien pieles que no forman más que un manto
Como esos miles de heridas que no son más que un artículo de periódico
Apariencia impalpable y sombría que has apresado
La forma cambiante de mi sombra
Un indio al acecho durante la eternidad
Sombra te arrastras junto a mí
Pero ya no me oyes
No conocerás más los hermosos poemas que canto
mientras yo te oigo aún te veo
Destino
Sombra múltiple que el sol te guarde
A ti que me amas lo suficiente para no abandonarme nunca
Y que danzas al sol sin levantar polvo
Sombra tinta del sol
Escritura de mi vida
Arcón de penas
Un dios que se humilla
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LA LINDA PELIRROJA

Estoy aquí delante de todos un hombre con sentido común
que conoce la vida y de la muerte lo que un hombre puede conocer
probó los dolores y los goces del amor
impuso algunas veces sus ideas
conoce varias lenguas
y no ha viajado poco
vio la guerra en la infantería y la artillería
herido en la cabeza trepanada bajo el cloroformo
perdió sus mejores amigos en la espantosa lucha
sé de lo antiguo y de lo nuevo lo que un hombre solitario puede saber de esas cosas
y sin inquietarme hoy de esta guerra
entre nosotros y para vosotros amigos míos
juzgo esta larga querella de la tradición y de la invención
del orden y de la aventura

Vosotros con la boca hecha a la imagen de la boca de Dios
boca que es el orden mismo
sed indulgentes al compararnos
con los que fueron la perfección y el orden
nosotros que siempre buscamos la aventura
no somos enemigos
Al queremos daros vastos y extraños dominios
donde el misterio germina para el que quiera cosecharlo
hay fuegos nuevos colores nunca vistos
mil fantasmas imponderables
para darles realidad
y explorar la bondad país enorme y silencioso
hay tiempo para desterrar
y tiempo para el regreso
piedad para nosotros que combatimos siempre en las fronteras
de lo ilimitado y lo porvenir
piedad para nuestros errores piedad para nuestros pecados

He aquí que viene el estío la estación violenta
y mi juventud ha muerto como la primavera
oh sol es el tiempo de la razón ardiente y espero
para seguir la forma noble y dulce
que adopta ella para que pueda amarla
llega y me atrae como al hierro el imán
tiene el aspecto encantadorde una adorable pelirroja

Sus cabellos son de oro se diría
un bello relámpago que nunca acaba
o esas llamas que presumen
en las rosas te marchitas ya

Reíd reíd de mí
hombres de todas partes sobre todo gentes de aquí
porque hay tantas cosas que no me atrevo a decir
tantas cosas que no me dejaríais decir
tened piedad de mí
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TUVE EL VALOR DE MIRAR HACIA ATRÁS...

Tuve el valor de mirar hacia atrás
Los cadáveres de mis días
Marcan mi camino y les voy llorando
Unos se pudren en las iglesias italianas
O en pequeños bosques de limoneros
Que florecen y fructifican
Al mismo tiempo y en todas las estaciones
Otros días lloraron antes de morir en las tabernas
Donde ardientes ramos rodaban
Ante los ojos de una mulata que inventaba la poesía
Y las rosas de la electricidad se abren aún
En el jardín de mi memoria
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LAS CAMPANAS

Entre el rumor de las campanas,
bella gitana, amante y mía,
nos amamos perdidamente
y nadie, nadie, nos veía.

Olvidamos que las campanas,
asomadas al campanario,
nos vieron, ay, y noche y día
se lo cuentan al vecindario.

Mañana Pedro y Catalina,
el panadero y su mujer,
Juan y María Golondrina,
mi amiga Luz, mi prima Ester,

sonreirán, de cierta manera...
Yo no sabré dónde meterme...
Tú estarás lejos... Lloraré...
Y hasta es posible que me muera...
.....................................