EL BARCO EN LLAMAS
Emprendí el camino al anochecer.
El que busca
suele ser esperado.
Al que espera, le encuentran.
Fui dejando detrás pequeñas ciudades dormidas,
rincones tejidos de hiedra,
donde quedaba aún algo de la música
de primavera,
hasta que me atrapó la noche.
En su oscuridad estalló una llama.
Alguien gritó:
¡Arde el barco!
La lengua apasionada de la llama
rozaba la desnudez del agua
y los hombros de la joven
temblaban de placer.
Bajo las nerviosas ramas del sauce
que daba sombra a la fuente,
en cuyo fondo se oculta la tiniebla
cuando hay luz,
a una joven.
Empezaba a amanecer.
Ella intentaba bajar del brocal
un cubo mojado.
Tímidamente le pregunté
si había visto la llama.
Me miró con sorpresa,
volvió hacia atrás la cabeza
y un momento después, dudando, asintió.
...................................
SER POETA
La vida ya hace tiempo me enseñó
que la música y la poesía
son en este mundo lo más hermoso
que puede darnos,
excepto el amor.
En una antigua crestomatía,
publicada aún en tiempos del viejo Imperio austrohúngaro,
en el año en que murió Vrchlický
busqué el tratado que hablara
de poética y de los adornos poéticos.
Luego puse una rosa en un vasito,
encendí una vela
y empecé a escribir mis primeros poemas.
Inflámate, llama de las palabras, y arde,
aunque acaso me quemes los dedos.
Una metáfora sorprendente
es más que un anillo de oro en la mano.
Pero ni siquiera la metodología de Puchmajer
me sirvió de nada.
En vano recogía las ideas
y con fuerza cerré los ojos
para poder oír el misterioso primer verso.
En la oscuridad, lugar de las palabras,
entreví una sonrisa de mujer
y en el viento cabellos ondeantes.
Era mi propio destino
tras el que corrí, tropezando a veces,
sin respirar,
toda mi vida.
......................................
APAGAD LAS LUCES
En silencio. Que no se caiga el rocío
que tiembla en la punta misma de las pestañas;
sin hacer ruido. silenciosamente. sin patetismo,
a aquella noche le digo: no fuiste de las peores.
Con las alas de la guarda
de las tinieblas, no nos envolvió tu ángel,
que con nosotros estaba, oh noche seria
después de frívolas noches, con violencia.
Y el grito que por tu alfombra se extiende
cuando de horror las manos nos estrechamos,
ese espantoso grito que puede oír cualquiera todavía,
una llamada dulce es para mí.
¡Apagad las luces! que no se caiga el rocío
que tiembla en la punta misma de las pestañas;
sin hacer ruido, silenciosamente, sin patetismos,
digo: cuál, cuál era la claridad
de aquella noche en que todo oscureció,
en que todos como sombras
en su tronco se encogieron.
Sé bien, sé muy bien que entonces hubiera sido mejoro
ír el estruendo.
..................................................
CANCIÓN
Agita un pañuelo blanco
el que se despide.
Cada día acaba algo,
acaba algo muy hermoso.
La paloma mensajera bate el aire con las alas,
de vuelta a casa.
Con esperanza y sin esperanza
siempre volvemos a casa.
Sécate las lágrimas
y sonríe con los ojos llorosos,
cada día empieza algo,
empieza algo muy hermoso.
...................................
¡ADDIO, HERMOSA LLAMA!
¡Addio, hermosa llama!
La canción se ha herido levemente la frente
y aquella a quien iba dirigida, ha callado
lo que no podía pronunciarse.
¡No enciendas! Durante el crepúsculo
las palabras no parecen tan audaces.
¡Addio, hermosa llama!
La canción se ha herido levemente la frente.
Y ambos estaban confundidos.
Titubeando abrió la ventana.
Cayó la luz nocturna sobre el día.
Ya lo lejos Praga se sonrosaba.
¡Addio, hermosa llama!
....................................
CANCIÓN DE AMOR
Oigo lo que no oyen los demás,
pies descalzos pisando terciopelo.
Suspiros bajo el sello de una carta,
el estremecimiento de las cuerdas, cuando no vibran.
A veces, huyendo de la gente,
veo lo que no ven los demás.
El amor, vestido con la risa
que se oculta en las pestañas, cubriendo los ojos.
Cuando aún tiene copos de nieve en los bucles,
veo florecer la rosa en el rosal.
Oí al amor partir
cuando unos labios por primera vez rozaron los míos.
Quién, sin embargo, detendrá mi esperanza:
ni siquiera el miedo al desengaño,
para que a tus rodillas no se ponga.
La más hermosa suele estar loca.
................................
EL TÍMIDO SUSURRO DE LA BOCA BESADA...
El tímido susurro de la boca besada
que sonríe: Por un sí,
que hace tiempo no escucho.
Ni tampoco me toca.
Sin embargo quisiera encontrar aún palabras
que estén amasadas
de miga de pan,
o de olor de tilos.
Pero el pan se ha puesto mohoso
y el perfume amargo.
Y en torno a mí se arrastran palabras de puntillas
y me ahogan,
cuando quiero asirlas.
Matarlas no puedo,
y a mí me matan.
¡Y retumban las puertas a golpes de maldiciones!
Si pudiera obligarlas a bailar para mí
se quedarían mudas.
Y aún cojearían.
Sin embargo sé muy bien
que el poeta está obligado siempre a decir más
que lo que esconde el rumor de las palabras.
Yeso es la poesía.
De lo contrario con la palanca del verso no podría
hacer saltar el capullo de los melosos goznes
y obligar al escalofrío
a que nos recorra la espalda
mientras desnuda la verdad.
..................................
JARDÍN DE CANAL
1
He tenido que llegar a edad avanzada
para aprender a amar el silencio.
Conmueve a veces más que la música.
En el silencio aparecen señales emocionadas
y en las encrucijadas de la memoria
detectas nombres
que el tiempo pretendía ahogar.
Por la noche, en las copas de los árboles,
puedo oír hasta el corazón de los pájaros.
Y al caer el día, una vez, en el cementerio,
oí de lo hondo de una tumba
crujir de un ataúd.
...........................
TÓRTOLA, CÁLLATE...
Tórtola, cállate, deja de arrullar,
en estos parajes a nada procurarás dulzura
y golpea la piedra con el ala indefensa
para que se levante el rabino,
lleva ya mucho rato durmiendo.
Con ondulación de tumba, que vaya a la sinagoga,
pues aquellos que marcharon hace tiempo
algunas veces regresan,
que los vivos se van siempre
y el mundo se quedaría vacío.
Que entre en el umbral y peine el crepúsculo
de barba gris.
Aquí está la primavera, el tiempo de Pascua empieza
y ha llegado ya el momento
de cantar el Cantar de los cantares
delante del cortinaje de la tora.
Que empiece el cantar,
escucharemos aquel grandioso cántico de muerte,
el cantar más triste de todos los cantares
escritos no hace mucho sobre la pared húmeda.
Que los nombres de los asesinados
pegados con sangre
caigan en la cúpula del cementerio y que le entierren.
Ya es bastante viejo.
Las piedras que en pie seguían
se inclinan e inclinadas caen al suelo.
¡Qué se oiga su voz
en el valle del silencio
y esparza ya aquellas manchas
que bailan entre las tumbas!
Su capa
está tejida de hedor de putrefacción
y los huecos de sus ojos con escamas de peces
están pegados.
Cuando ya incluso la mezuza tan sagrada
ha perdido su poder,
cuando ya ni siquiera las oraciones llegan
y caen atrás como flechas a mitad del camino,
quizá se abra paso su cantar
hacia el cielo cerrado.
Un arco iris de siete
tiende en el paisaje de primavera.
¿Qué es lo que huele?, huele el aire
y algo más huele en mayo:
la rosa silvestre.
Esas hojas suyas inocentes
son el saludo de antaño para mí tan querido.
No, no te cambiaría por otras,
ya fueran las más bellas rosas,
rosa silvestre.
Veo a mi madre cuando era joven.
a por la hierba y lleva una rosa.
Mas cuando cae la flor del arbusto
la imagen de nuevo se desvanece,
rosa silvestre.
........................................
LA PEQUEÑA HENDELE
La pequeña Hendele los conoce bien
y mira llorando desde detrás de la alambrada,
tendida como las líneas de un cuaderno,
y observa los manojos de vilanos
que florecen como si nada.
.......................................
No hay comentarios:
Publicar un comentario