Yo leo a los maestros

jueves, 22 de marzo de 2012

Bob Dylan ( 1941 - ) Estados Unidos



Flotando en el viento 

¿Cuántos caminos debe recorrer un hombre
Antes de que le llaméis hombre?
¿Cuántos mares debe surcar la blanca paloma
Antes de dormir sobre la arena?
¿Cuántas veces deben volar las balas de cañón
Antes de ser prohibidas para siempre?
La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento,
La respuesta está flotando en el viento.

¿Cuántas veces debe un hombre mirar hacia arriba
Para poder ver el cielo?
¿Cuántos oídos debe tener un hombre
Para poder oír a la gente llorar?
¿Cuántas muertes serán necesarias para que comprenda
Que ya ha habido demasiados muertos?
La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento,
La respuesta está flotando en el viento.

¿Cuántos años puede permanecer una montaña
Antes de ser arrastrada al mar?
¿Cuántos años pueden algunas gentes vivir
Antes de conocer la libertad?
¿Cuántas veces puede un hombre volver la cabeza
fingiendo no ver nada?
La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento,
La respuesta está flotando en el viento.
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Señores de la guerra

Venid señores de la guerra,
vosotros que fabricáis todas las armas,
vosotros que fabricáis mortíferos aviones,
vosotros que fabricáis todas las bombas,
vosotros que os escondéis tras muros,
vosotros que os escondéis tras escritorios,
sólo quiero que sepáis
que veo a través de vuestras máscaras.

Vosotros que no habéis hecho nada
salvo construir para destruir,
vosotros jugáis con mi mundo
como si fuera vuestro juguete,
vosotros ponéis un arma en mi mano
y os quitáis de mi vista,
y os volvéis y corréis lo más lejos
cuando las balas vuelan raudas.

Como el Judas de antaño
mentís y engañáis,
una guerra mundial puede ser ganada
queréis que me crea,
pero veo a través de vuestros ojos
y veo a través de vuestro cerebro
como veo a través del agua
que corre por mi desagüe

Vosotros ajustáis todos los gatillos
para que otros disparen,
luego os apartáis y esperáis
cuando las listas de muertos aumentan,
vosotros os escondéis en vuestra mansión
mientras la sangre de los jóvenes
se escapa de sus cuerpos
y se hunde en el barro.

Vosotros habéis extendido el peor miedo
que jamás pueda ser gritado,
miedo a traer hijos
a este mundo,
por haber amenazado a mi hijo
nonato y sin nombre
no valéis la sangre
que corre por vuestras venas.

Cuánto sé yo
para hablar así a destiempo,
puede que digáis que soy joven,
puede que digáis que soy ignorante,
pero hay algo que sé,
aunque sea más joven que vosotros,
y es que ni siquiera Jesús jamás
perdonará lo que hacéis.

Permitidme haceros una pregunta,
¿es tan bueno vuestro dinero?
¿comprará vuestro perdón?
¿creéis que lo hará?
Me parece que descubriréis
cuando vuestra muerte cobre su peaje,
que todo el dinero que hicisteis
nunca podrá salvar vuestra alma.

Y espero que muráis,
y que vuestra muerte venga pronto,
seguiré vuestro ataúd
en la pálida tarde,
y esperaré mientras sois bajados
a vuestro lecho de muerte,
y me quedaré sobre vuestra tumba
hasta asegurarme que estáis muertos.
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Una fuerte lluvia va a caer 

                       ¿Dónde has estado hijo mío
                       de los ojos azules ?
                       ¿Dónde has estado mi pequeño
                       querido?
He tropezado en el costado de doce
                        montañas nubladas
He caminado y gateado en seis
                        autopistas inclinadas
Me he parado en el medio de siete
                        florestas tristes
He estado afuera de frente a una docena
                       de océanos muertos
He estado diez mil millas en la boca
                       de una tumba
Y es una fuerte, fuerte, fuerte, fuerte
Y es una fuerte lluvia la que va a caer.

                       ¿Qué has visto hijo mío
                       de los ojos azules?
¿Qué has visto mi pequeño
                       querido?
Vi un niño recién nacido con lobos salvajes
                       a su alrededor;
Vi una carretera de oro sin nadie
                       en ella
Vi una rama negra con sangre
                       que seguía cayendo
Vi un cuarto lleno de hombres
                       con martillos ensangrentados
Vi una blanca escala toda cubierta
                       de agua
Vi diez mil conversadores con las lenguas
                       todas rotas
Vi revólveres y espadas filosas en las manos
                       de pequeñuelos
Y es una fuerte, fuerte, fuerte, fuerte,
Y es una fuerte lluvia la que va a caer

                       ¿Qué escuchaste hijo mío
                       de los ojos azules?
¿Qué escuchaste mi pequeño
                       querido?
Escuché el sonido del relámpago
                       que bramaba advertencias
Escuché el rugido de una ola capaz
                       de inundar al mundo entero
Escuché a cien tarn-tarns cuyas manos
                       estaban incendiadas
Escuché a diez mil murmurando
                       y nadie escuchaba
Escuché a una persona morir de hambre
                       y a muchos reírse
Escuché la canción de un poeta que murió
                       en el arroyo
Escuché los sonidos de un payaso que lloraba
                       en el callejón
Escuché el sonido de una persona que clamaba
                       ser humano
Y es una fuerte, fuerte, fuerte, fuerte
Y es una fuerte lluvia la que va a caer.

                        ¿A quién encontraste  hijo mío
                        de los ojos azules?
¿A quién encontraste mi pequeño
                        querido?
Encontré a un chico al lado de un pony muerto
Encontré a un blanco arrastrando a un perro negro
Encontré a una joven cuyo cuerpo se quemaba
Encontré a un joven que me dio un arco iris
Encontré a un joven que estaba herido de amor
Encontré otro hombre herido de odio
Y es una fuerte, fuerte, fuerte, fuerte,
Y es una fuerte lluvia la que va a caer.

                       ¿Que harás ahora hijo mío
                       de los ojos azules?
¿Qué harás ahora mi pequeño
                       querido?
Me voy afuera antes que la lluvia
                       comience a caer
Caminaré hacia las profundidades de la floresta
                       oscura más profunda
Donde la gente es numerosa y sus manos
                       están vacías
Donde las píldoras de veneno están inundando
                       sus aguas
Donde la casa del valle encuentra
                       la prisión húmeda y sucia
Donde el rostro del verdugo está siempre
                       bien escondido
Donde el hambre es feo, donde las almas
                       son olvidadas
Donde el color es negro, donde nada
                       es el número
Y yo diré y lo hablaré y lo pensaré
                       y lo respiraré
Y lo reflejaré desde la montaña para que todas
                       las almas lo puedan ver
Entonces me pararé sobre el océano hasta
                       empezar a hundirme
Pero sabré bien mi canción antes de empezar
                       a cantar
Y es una fuerte, fuerte, fuerte, fuerte,
Y es una fuerte lluvia la que va a caer.
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El sueño de Bob Dylan

Mientras viajaba en un tren rumbo al oeste
caí dormido para tomarme un descanso;
me puso triste un sueño que tuve
concerniente a mí mismo y a los primeros
pocos amigos que tuve.
 
Con los ojos medio abatidos,
clavé la vista en la habitación
donde mis amigos y yo
pasamos muchas tardes
donde todos juntos superamos
más de una tormenta
riendo y cantando hasta las tempranas
horas del alba.
 
Junto a la vieja estufa de madera
donde colgaban nuestros sombreros,
nuestras palabras fueron dichas,
nuestras canciones cantadas,
donde estábamos convencidos
de no esperar nada,
hablando y hablando sobre el mundo
que nos rodeaba.
 
Con los corazones acosados debido
al calor y el frío,
nunca pensamos que alguna vez
pudiéramos envejecer;
pensamos que podíamos estar
siempre bromeando,
pero en realidad nuestras posibilidades
eran ninguna entre un millón.
 
Que fácil era distinguir el negro del blanco,
entonces en todo era fácil distinguir
el mal del bien;
y nuestras alternativas eran pocas
así que nunca nos asaltaba la idea
de que el camino que viajáramos,
estallaría en pedazos.
 
Cuantos años se han pasado e ido,
muchas las jugadas
que se han perdido y ganado;
y muchos los caminos tomados por
muchos de mis amigos,
y a ninguno de ellos he vuelto a ver.
 
Deseo, deseo, deseo en vano,
que pudiéramos simplemente
estar de nuevo en aquella habitación;
enseguida y gustoso, cien mil dólares
daría si nuestras vidas pudieran ser
como entonces.
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Caminando por New York 

Vagando fuera del salvaje Oeste
dejando atrás las ciudades que más quiero
Pensaba que había visto
momentos buenos y malos
Hasta que llegué a Nueva York
Gente metiéndose bajo tierra
Edificios levantándose hacia el cielo.

Es invierno en Nueva York
El viento helado sopla alrededor
Camina alrededor sin ir a ningún lado
Podrías congelarte hasta los huesos
Yo me congelé hasta los huesos
El New York Times dijo que era
el invierno más frío en diecisiete años
Yo no sentía tanto frío entonces.

Columpiaba mi vieja guitarra
me agarré a un metro
Y después de un mareante viaje
de vueltas y tambaleos
Aterricé en el centro de la ciudad
El Greenwich Village.

Anduve por allá abajo y terminé
en uno de aquellos coffee-houses de la zona
Subí al escenario a tocar y cantar
El tipo de allí dijo: "regresa algún otro día
Suenas como un hillbilly
Aquí queremos cantantes de folk".

Bueno, conseguí un trabajo de armónica
comencé a tocar
Sacando aire de mis pulmones por un dólar diario.
Soplé lo de dentro fuera y lo de arriba abajo
El tipo dijo que le gustaba mi sonido
Deliraba con mi sonido, tanto, que
¡valía un dólar diario!.

Y después de semanas y semanas
de dar vueltas
Finalmente conseguí un empleo en Nueva York
en un sitio grande, y también un buen sueldo
incluso me sindiqué y pagué mis cuotas.

Un gran hombre dijo una vez
Que algunas personas te roban
con una estilográfica
No hacía falta pensar mucho para saber
exactamente de lo que hablaba
Mucha gente no tiene mucha comida
en su mesa
Pero tienen muchos tenedores y cuchillos
Y tienen que cortar algo.

Así que, una mañana
cuando el sol pegaba de firme
me fui de Nueva York,
Me calé la visera hasta mis ojos
Y me dirigí afuera, hacia los cielos del oeste
Adiós, Nueva York; qué tal, East Orange.
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Chica negra

Chica negra
ha sido engañada
no es mala
pasada por una chimenea
pasada por un gallinero
vestida de negro
mono plateado
en su espalda
criada negra mamá
borracho papá
haciendo los peores trabajos
en medio de la ley
diez hermanos
con cara de rata
lápida dispuesta
zanja cavada
y falta de caricias
escalera de servicio
asfixiándose
chica negra
devuelve el golpe
roba, empeña
vive del oficio
se sienta y espera en la boca de riego
le gusta el calor
sus ojos encuentran
un grupo de huelguistas
al otro lado de la calle
en su cabeza resuenan
los muelles de la cama
un grito de libertad
tú hablas del orden
ella empeñaría
el mundo
por un dólar veinticinco
chica negra
vestida de negro
saco de yute
a punto de reventar
ha estado ausente
continúa
yo mismo me entrego a ti
para que me empeñes
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11 Epitafios esbozados

Woody Guthrie fue mi último ídolo
fue mi último ídolo
porque fue el primer ídolo
que encontré
que me enseñó
cara a cara
que los hombres son hombres
hasta el punto de destrozarse él mismo
como ídolo
y que los hombres tienen razones
para lo que hacen
y lo que dicen
y que todo acto puede ser puesto en entredicho
sin dejar ni intocable
ni dada por supuesta ninguna orden
obedeciéndola e inclinándose ante ella
olvidando tus propios instintos naturales
(porque hay un millón de razones
en el mundo
y un millón de instintos
corriendo libremente
y no serán muchas las veces
en que ambos se encuentren)
los ídolos invisibles crean el miedo
y pisotean las esperanzas cuando se vienen abajo
Woody nunca me causó miedo
ni pisoteó ninguna esperanza
porque llevaba un libro del Hombre
y me lo dio para leerlo un rato
y en ese libro aprendí mi más importante lección

me preguntas "¿qué se siente al ser un ídolo?"
sería estúpido por mi parte responder, ¿no...?
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La huida del vagabundo

Ayudadme en mi miseria
Oí al vagabundo decir
Cuando le sacaban del tribunal
Y se lo llevaban
«Mi camino no ha sido agradable
Y me queda poco tiempo,

Y sigo sin saber
Qué mal le he hecho yo a nadie»

El juez se quitó la toga,
Sus ojos se llenaron de lágrimas
«Jamás lo comprenderías», le dijo,

«¿Por qué tienes que intentarlo?» ,
Fuera el público alborotaba,
Se le podía oír desde la puerta,
Dentro el juez bajaba del estrado
Mientras el jurado clamaba pidiendo más.

«¡Oh!, callen ya a ese maldito jurado»,
Gritaron el asistente y la enfermera.
El juicio ya fue bastante malo,
Pero esto es diez veces peor.
Justo entonces, un rayo,
Reventó el Juzgado,
Y mientras todo el mundo caía de rodillas a rezar,
El vagabundo escapó.
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Demasiadas mañanas

En la calle los perros están ladrando
y el día se oscurece
a medida que cae la noche
los perros perderán su ladrido
y la noche silenciosa se quebrará
por los sonidos interiores de mi mente
porque tengo demasiadas mañanas
y más de mil millas detrás.
 
Desde la encrucijada frente a mi puerta
mis ojos empiezan a apagarse
mientras giro mi cabeza hacia la habitación
donde mi amor y yo nos yacimos.
y luego vuelvo a mirar la calle
la acera y el cartel
y tengo demasiadas mañanas
y más de mil millas a mis espaldas.
 
Es una sensación frustrante
que no es buena para nadie
cuando todo lo que estoy diciendo
lo puedes decir tan bien como yo,
tú estás acertado desde tu punto de vista
y yo estoy acertado desde el mío
pero nos separan demasiadas mañanas
y más de mil millas.
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Amor bajo cero / sin barreras

Mi amor habla como el silencio
sin ideales ni violencia,
ella no tiene que decir que es fiel
y sin embargo es sincera como hielo,
como fuego;
la gente lleva rosas
y hace promesas en cada momento,
mi amor ríe como las flores,
los Valentines no pueden comprarlo.
 
En los mercadillos y paradas de autobús
la gente habla de situaciones
lee libros, repite citas
escribe conclusiones en la pared,
algunos hablan del futuro,
mi amor habla quedamente,
ella sabe que no hay éxito como el fracaso
y que el fracaso no es ningún éxito.
 
La capa y la espada se mecen,
las damas encienden las velas
en las ceremonias de los jinetes,
hasta el peón abriga un rencor;
estatuas hechas de cerillas
se desploman unas contra otras,
mi amor pestañea, no se inmuta,
sabe demasiado para discutir o juzgar.
 
El puente tiembla a medianoche,
el médico rural divaga,
las sobrinas de los banqueros
buscan la perfección
esperando todos los regalos
que traen los hombres sabios;
el viento aúlla como un martillo,
la noche sopla fría y lluviosa,
mi amor es como un cuervo
con un ala rota en mi ventana.

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