Yo leo a los maestros

martes, 27 de octubre de 2015

Lawrence Ferlinghetti (1919 - ) Estados Unidos


Cristo se bajó

Cristo se bajó
de Su Árbol desnudo
este año
y huyó a donde
no hubiera árboles de Navidad arrancados
con caramelos y estrellas frágiles.

Cristo se bajó
De Su árbol desnudo
Y huyó a donde
no hubiera árboles de Navidad dorados
ni árboles de Navidad plateados
ni árboles de Navidad de papel de estaño
ni árboles de Navidad de plástico rosado
ni árboles de Navidad de oro
ni árboles de Navidad negros
ni árboles de Navidad celestes
y rodeados de trencitos de lata
y tipos pesados y creídos

Cristo se bajó
de Su Árbol desnudo
este año
y huyó a donde
ningún intrépido vendedor ambulante de Biblias
recorriera el país
en un cadillac de dos tonos
y donde ningún Nacimiento de Sears Roebuck
completo con Niño de plástico y pesebre
llegara por correo certificado
el niño con entrega inmediata
y donde los Magos de televisión
no cantaran alabanzas al Whisky Lord Calvert

Cristo se bajó
de Su árbol desnudo
este año
y huyó a donde
ningún gordo desconocido y bonachón
vestido de franela roja
con barba de mentira
caminara haciéndose pasar
por una especie de santo del Polo Norte
a través del desierto de Belén Pennsylvania
en un trineo Volkswagen
arrastrando por renos retozones de Adirondack
con nombres alemanes
y cargado de sacos de Humildes Regalos
de Sacks de la Quinta Avenida
para el Niño Dios que cada uno se imagina

Cristo se bajó
de Su árbol desnudo
este año
y huyó a donde
los cantadores de villancicos de Bing Crosby
no lloriquearan que la Nochebuena es fría
y los ángeles del Radio City
no patinaran sin alas
en un país de las maravillas todo nevado
entrando a un cielo de alegres cascabeles
diariamente a los 8:30
con matinés de la Misa del Gallo

Cristo se bajó
de Su árbol desnudo
este año
y se fue a refugiar silenciosamente en
el vientre de una anónima María otra vez
donde en la noche oscura
del alma anónima de cada uno
Él espera otra vez
una inimaginable
e imposible
inmaculada Reconcepción
la más loca
de las Segundas Venidas.
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Esta noche el mar está en calma

Esta noche
        el mar está en calma
             en las playas de Dover
En el crepúsculo creciente
              los pájaros
                      gritan
                            en su llanto
                 las sílabas
           de alguna palabra
                              deconstruída
           que nosotros
              aún no logramos descifrar
         que explique
                          nuestra existencia
Y ellos los pájaros
                   elevándose
         cargan en sus alas
                          la luz última
         y vuelan con ella
     sobre el horizonte
                                 guardando
                    el secreto
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Canción de las aves del tercer mundo

Un gallo gritaba durante mi sueño
en algún lugar de América Central
para despertar a las mentes neutras
de América

Y el gallo gritaba
para despertarme y que viera
un mar de aves
volando sobre mí
a través de América

Y había pájaros de todos los colores
pájaros negros y pájaros marrones
pájaros amarillos y rojos
procedentes de las tierras donde existen
movimientos de Liberación

Y todas estas aves daban vueltas a la tierra
volando sobre las grandes naciones
y sobre la fortísima nación norteamericana
con su gran águila
y sus superhéroes

Y todas las aves clamaban con una misma voz
la voz de quienes no tienen voz
la voz de los invisibles del mundo
la voz de los desheredados del mundo y la voz
de los fellahines de la tierra

¿Y tú de qué lado estás?
cantaban los pájaros
Oh tú ¿de qué parte estás
en la Tercera Guerra Mundial
la guerra contra el Tercer Mundo?
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Dos basureros en un camión,
dos personas elegantes en un Mercedes


En un semáforo esperando la luz verde
a las nueve de la mañana centro de San Francisco
en un camión de basura amarillo brillante
dos empleados de limpieza con chalecos de plástico rojo
sobre el escalón posterior
colgados uno a cada lado
miran hacia abajo a
un elegante Mercedes abierto
con una atildada pareja en su interior

El hombre viste un terno de lino
pelo rubio hasta los hombros y gafas de sol
La joven rubia descuidadamente peinada
con minifalda y medias de colores
se dirigen a su oficina de arquitecto

En cuanto a los dos empleados levantados
desde las cuatro de la madrugada
sucios por su trabajo
vuelven de camino a casa
El mayor de ambos con el pelo gris acerado
y espalda jorobada
se parece a alguna
Gárgola Quasimodo
y el más joven de los dos
también con gafas de sol y pelo largo
de edad semejante a la del conductor del Mercedes

Y ambos carroñeros mirando hacia abajo
como desde una gran distancia
a la guapa pareja
como si estuvieran contemplando algún anuncio de TV
donde todo es posible

Y la luz roja durante un instante
mantiene juntos a los cuatro
como si pudiese suceder algo
entre ellos
en ese pequeño golfo
perdido en la alta mar
de esta democracia.
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El ojo del poeta obscenamente ve

El ojo del poeta obscenamente ve
la redonda superficie del mundo
con sus ebrios tejados
y pájaros de madera en los tendederos
y machos y hembras de barro
con piernas de fuego y pechos de botón de rosa
en sus camas plegables
y árboles llenos de misterios
y parques dominicales con sus mudas estatuas
y sus Estados Unidos
con ciudades fantasma y desiertas islas de Elis
y su paisaje surrealista de
praderas sin sentido
supermercados en los suburbios
cementerios con calefacción
días festivos de cinerama
y catedrales protestando
un mundo impermeable a los besos con tapas de retrete de plástico
y tampax y taxis
y vaqueros de almacén y vírgenes de Las Vegas
indios sin tierra y matronas cinéfilas
senadores no romanos y concienzudos no objetores
y todos los demás fragmentos esparcidos
del bello sueño de los inmigrantes hecho realidad
y disperso
entre los bañistas que se broncean al sol.
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Lástima de la nación

(al estilo de Khalil Gibran)

Lástima de la nación cuyas gentes son ovejas
engañadas por sus pastores
Pobre del país cuyos dirigentes son mentirosos
sus sabios están silenciados
y sus fanáticos frecuentan las emisoras

Lástima de la nación que no alza su voz
excepto para ensalzar a los conquistadores
y aclamar al agresor como un héroe
que aspira a gobernar el mundo
por la fuerza y la tortura

Lástima del país que no conoce
ningún otro idioma salvo el suyo
ni otra cultura más que la propia

Lástima de la nación cuyo anhelo es el dinero
y duerme el sueño de quienes tienen la barriga llena

Lástima de la nación oh y del pueblo
que permite la erosión de sus derechos
y que sus libertades sean arrasadas

Mi país, tus lágrimas,
dulce tierra de libertad.
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Poema 10

    podría decir que quizás ella era más feliz
    que todos
    esa vieja solitaria del chal
    en el tren de vagones naranja
    con el pequeño pájaro manso
    en su pañuelo
    al que le canturreaba
    todo el tiempo
    mia mascotta
    mia mascotta
    y ni uno de los excursionistas de domingo
    con sus botellas y sus canastas
    le ponía atención
    y el vagón
    chirriaba a través de los maizales
    tan lentamente que
    las mariposas
    entraban y salían
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Poema 29

Y que el amor sea escrito en las corrientes de agua
                                                  no sobre la superficie
                                                            de lagos en calma
Y un picaflor lo escribe
                          danzando sobre el arroyo
      y desaparece
                 dejando solamente
                                el sonido de sus alas
Mientras las aguas en movimiento
                           cantan a través de las represas
                                                   de la vida cotidiana
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Miss Subterráneos

Podés encontrar
a Miss Subterráneos
del 57
viajando ida y vuelta
en el subte
a las cuatro de la mañana
Podés encontrar
a Miss Subterráneos
del 57
su negra nariz aplastada
las fosas nasales
rellenas con tapones de algodón
del tamaño de monedas de 50
yendo de Times Square
a la Grand Central Station
viniendo de la Grand Central
al Times Square
una y otra vez
en el subte
a las cuatro de la mañana
colgada de su cielo
el pasamanos
los brazos dorados
sembrados de heridas
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Escritura

Los blues de la procreación Oh sí tengo la tristeza de los blues de la procreación
porque eternamente estamos procreando procreando procreando
y no es ninguna novedad
No podrás detener
no podrás bloquear
no podrás frenar
la procreación
Simplemente seguiremos haciéndolo
ellos seguirán haciéndolo
como si no hubiera otro objetivo
en la vida
No hay nada más que hacer en el zoo
ni en el último refugio
Es la última opción
en lugar de la adopción
Reprodúcete en colores vivos
y no morirás
Fotocópiate una y otra vez
y nunca morirás
Haz copias de ti mismo
perpetúate
y vive para siempre
Tu inmortalidad
es la única oportunidad
de vivir para siempre
desde el vamos extiende tu ego
reconstrúyete de inmediato
remodélate recrécete rehazte
clónate
hacia la eternidad
y tendrás muchas vidas
para entregarle a Dios y a la Patria
Así que hazlo una y otra vez
amante sobre amante
los otros sobre los otros
hermana o hermano
hombre o mujer
uno sobre el otro
juntos
acoplados eternamente
una y muchas veces
bajo el sol
sobre los pastizales
Hazlo
vuelve a hacerlo
coger y coger
madre y padre
padre sobre madre
amante y amante
todavía lo están haciendo
rehaciéndolo
con su ciega urgencia
su ciega impaciencia
jugando siempre
el ciego instinto jugando
el ciego deseo en llamas
procreando procreando procreando
incluso si estuviera sangrando
Procrear procrear procrear
Eso es
es todo lo que necesitamos
Es lo único que poseemos
en esta choza de barro
Lo único que podemos hacer
es sembrar la semilla
es el único lujo que podemos darnos
O aburridos en el palacio
recostarnos junto a Alicia
quitarnos todas las pieles
el encaje parisino
llenos de hastío
desnudarnos
y procrear procrear procrear
sembrar la semilla
plantar tu semilla
¿Y quien nos detendrá
quién dirá que no lo hagas?
¿Quién tiene el derecho de decir
que es un pecado
que el amor es nuestra desgracia en la noche?
Es algo natural
la cosa más natural
la más celestial
la más bendita
Así que hazlo y canta
Canta los cuerpos eléctricos
los cuerpos eclécticos
y cualquier cuerpo servirá
para hacerlo
una y muchas veces
bajo el sol
sobre los pastizales
Entonces ¿cómo detener la procreación
cómo prohibirla
sin dictadores
sin castradores
sin mandatos dictatoriales
en la estación Finlandia
en cada nación
en cada noche de vacilación?

II

¿Qué es ese esperma
que inunda el mundo
qué es ese esperma
que llena el vacío
serpenteando serpenteando?
Sólo son los humanos cogiendo querida
sólo los humanos cogiendo
¿ Y qué sucederá después mi querida
cuando existan diez por cada uno
y la humanidad esté en peligro ?
¿ Qué está diciendo ese Papa ?
¿ Qué es lo que dice todavía querida ?
¿ Qué es lo que dice ese Papa ?
Sólo repite lo que ha dicho siempre
lo que dijo en el año mil
cuando solo había un millón
de almas sobre la tierra
mi querida
Pero ¿ es que el Papa
no lee las noticias ?
¿ O es que ha dejado de contar ?
El sólo piensa en las almas mi querida
El sólo cuenta las almas mi querida
que nunca deben ser asesinadas querida
y que ahora son un billón de billones
y sumando
¿Cómo solucionaremos este problema querida
cómo podremos solucionarlo alguna vez
si nuestro instinto básico
es procrear procrear procrear
con aquellos más queridos ?
¿ Y una mujer que no tiene niños
no es un fracaso ?
(¿ Para qué te casas
si no deseas tener niños ?
Apúrate por favor ya es tiempo )
¿ Y un hombre no es un fracaso querida
no deja de ser hombre un macho querida
si no puede hacer niños ?
Y dime ¿ No es todo nuestro deber todavía
mantener la raza humana en funcionamiento
mantenerla en crecimiento crecimiento crecimiento ?
Pero nosotros crecimos en los sesentas querida
crecimos en los sesentas querida
y "Haz el amor no la guerra"
fue nuestra consigna
Así que haz más el amor y haz menos la guerra
Haz más el amor pero no cojas no cojas no cojas
Haz más el amor a la Kundalini
con toda tu contenida pasión
Y recuéstate conmigo
ven recuéstate conmigo
toda la noche conmigo
bajo el castaño
en la tierra del halcón y la paloma
Ven recuéstate conmigo
toda la noche conmigo
bajo el castaño
toda la noche bajo el castaño
sin hacer el amor...
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Constantemente arriesgando el absurdo

Constantemente arriesgando el absurdo
y la muerte
siempre que él se presenta
sobre las cabezas
de su audiencia
el poeta como un acróbata
escala sobre rimas
en una cuerda floja de invención propia
y balanceándose en miradas
sobre un mar de rostros
instala su camino
al otro lado del día
presentando entre chácharas
y trucos de pies
y las más altas teatralizaciones
y todo sin equivocarse
en nada
con lo que podría no ser.
Pues él es el súper realista
que está obligado a percibirla dura verdad
antes de tomar un paso o postura
en el supuesto avance
hacia ese trapecio aún más elevado
donde la Belleza se para y espera
con gravedad
para dar su desafiante salto mortal
Y él
un pequeño hombre achaplinado
que puede o no atrapar
su forma eterna extendida en el vacío aire
de la existencia.

martes, 6 de octubre de 2015

Eugenio Montale (1896 - 1981) Italia

Los limones

Escúchame, los poetas laureados
se mueven solamente entre plantas
de nombres poco usados: bojes ligustros o acantos.
Yo prefiero los caminos que desembocan en los herbazales
zanjas donde en charcos
medio secos agarran los muchachos
alguna extenuada anguila:
los senderos que siguen los ribazos,
descienden entre los penachos de las cañas
y penetran en los huertos, entre los árboles de los limones.

Mejor si la algazara de los pájaros
se apaga engullida por el azul:
más claro se oye el susurro
de las ramas amigas en el aire que casi no se mueve,
y las impresiones de este olor
que no sabe desatarse de la tierra
y llueve en el pecho una dulzura inquieta.
Aquí las diversas pasiones
de la guerra por milagro callan,
aquí también a nosotros pobres nos toca nuestra parte de riqueza
y es el olor de los limones.

Mira, en estos silencios en los cuales las cosas
se abandonan y parecen dispuestas
a traicionar su último secreto,
a veces se espera
descubrir un error de la Naturaleza,
el punto muerto del mundo, el anillo que no aguanta,
el hilo desenredado que finalmente nos ponga
en medio de una verdad.
La mirada escudriña alrededor,
la mente indaga acuerda desune
en el perfume que inunda
cuando más languidece el día.
Son los silencios en los que se ve
en cada sombra humana que se aleja
alguna turbada Divinidad.

Pero falta la ilusión y nos alcanza el tiempo
en las ciudades rumorosas donde el azul se muestra
sólo a pedazos, en lo alto, entre los cimacios.
La lluvia fatiga la tierra, después; se agolpa
el tedio del invierno sobre las casas,
la luz se vuelve avara—amarga el alma.
Cuando un día por un mal cerrado portal
entre los árboles de un patio
aparece el amarillo de los limones;
y el hielo del corazón se derrite,
y en el pecho bullen
sus canciones
las trompetas de oro de la solidaridad.
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La casa de los aduaneros

Tú no recuerdas la casa de los aduaneros
sobre la elevación inclinada sobre la escollera:
desolada te espera desde la noche
en que entró en ella el enjambre de tus pensamientos
y se detuvo inquieto.

La marejada azota hace años la vieja muralla
y el sonido de tu risa ya no es alegre:
la brújula gira loca a la ventura
y el cálculo de los dados no regresa.
Tú no recuerdas; otro tiempo trastorna
tu memoria; un hilo se devana.

Tengo todavía la punta; pero se aleja
la casa y sobre el techo la ennegrecida
veleta gira sin piedad.
Tengo la punta; pero tú estás sola
casi ni respiras en la oscuridad.

Oh el horizonte en fuga donde se enciende
rara la luz del petrolero.
¿Es este el paso? (Pulula todavía el oleaje
sobre el acantilado que se desploma).
Tú no recuerdas la casa de esta
noche mía. Y yo no sé quién va y quién queda.
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 Ex voto

Sucede
que las afinidades del alma no lleguen
a los gestos y a las palabras sino que permanezcan
difusas como un magnetismo. Es extraño,
pero pasa.

Puede ser
que sea cierta tan sólo la lejanía,
cierto el olvido, cierta la hoja seca
más que el fresco pimpollo. Todo eso y más
puede darse o decirse.

Entiendo
tu obstinada voluntad de estar siempre ausente
porque sólo así se manifiesta
tu magia. Innúmeras son las astucias
que advierto.

Insisto
en buscarte en la astilla y nunca
en el árbol enhiesto, nunca en lo lleno, siempre
en lo vacío: en eso que hasta el taladro
resiste.

Era o no era
la voluntad de los numen que presidían
tu lejano hogar, extraños
multiformes multialmas animales domésticos;
quizás sólo me lo parecía
o no era así.

Ignoro
si mi inexistencia sacia tu destino,
si la tuya colma el mío que se desborda,
si la inocencia es una culpa o bien
se gesta en el umbral de tus lares. De mí,
de ti todo lo sé, todo
lo ignoro.
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Xenia

Poema 5

Del brazo tuyo he bajado por lo menos
un millón de escaleras
y ahora que no estás, cada escalón es un vacío.
También así de breve fue nuestro largo viaje.

El mío aún continúa, mas ya no necesito
los trasbordos, los asientos reservados,
las trampas, los oprobios de quien cree
que lo que vemos es la realidad.

He bajado millones de escaleras dándote el brazo
y no porque cuatro ojos puedan ver más que dos.
Contigo las bajé porque sabía que de ambos
las únicas pupilas verdaderas,
aunque muy empañadas eran las tuyas.
.............................................................................
El vacío

Ha desaparecido también el vacío
donde, en un tiempo, se podía encontrar refugio.
Ahora sabemos que también el aire
es una materia que gravita sobre nosotros.
Una materia inmaterial, lo peor
que podía tocarnos.
No está bastante lleno porque debemos
poblarlo de hechos, de movimientos
para poder decir que le pertenecemos
y nunca le huiremos aunque muramos.
Atestar de objetos aquello que es
el solo Objeto por definición
sin que a él le importe nada, Oh torpe
comedia. ¡y con que celo la recitamos!
..............................................................................
Encuentro

No me abandones tú, tristeza mía,
sobre el camino
que azota el viento extraño
con su cálido soplo, y cede; cara
tristeza al viento que se extingue: y empujada
por éste hacia la rada,
donde la última voz exhala el día,
viaja una niebla, alta se pliega un ala
de cormorán.

El tajo al lado del torrente, estéril
de aguas, vivo de piedras y argamasas;
tajo de humanos actos consumidos,
de mortecinas vidas declinando
más allá del confín
que en círculo se cierra: rostros secos,
manos, caballos en hilera, ruedas
chirriantes: vidas no: vegetaciones
del otro mar que la oleada vence.

Se avanza en el camino de cuajado
Iodo sin rastro
como una procesión de encapuchados
bajo la rota bóveda, caída
casi hasta reflejar escaparates,
en un aire que envuelve nuestros pasos
denso e iguala los sargazos
humanos fluctuando en las cortinas
de bambú murmurante.

Si me abandonas tú, tristeza, único
presagio vivo en este nimbo, siento
que alrededor de mí se extiende
un rumor como de esferas cuando
una hora está próxima a sonar;
y caigo inerte en la apagada espera
del que no teme ya
en esta orilla sorprendida por la ola
lenta, que no aparece.

Tal vez vuelva a tener una apariencia:
en la rasante luz
un movimiento me conduce junto
a una mísera rama que en un tiesto
crece sobre una puerta de hostería.
A ella tiendo la mano, hacerse mía
siento otra vida, huella de una forma
que me fue arrebatada; y como anillos
en los dedos no hojas se me enroscan
sino cabellos.

Y nada más después. ¡Oh sumergida!:
desapareces como habías venido
y nada sé de ti.
Tu vida es tuya aún: entre las raras
vibraciones del día ya esparcida.
Ruega por mí,
para que yo descienda otro camino
distinto de una calle de ciudad,
en el aire perdido, ante el tropel
de los vivos; que te sienta a mi lado, que
descienda sin ruindad.
..........................................................................
La forma del mundo

Si tiene el mundo la forma del lenguaje
y el lenguaje la forma de la mente,
la mente son sus plenos y vacíos
no es nada o casi y no puede salvarnos.

Así habló Papirio. Ya era noche
y llovía. Pongámonos a salvo,
dijo, y avivó el paso no advirtiendo
que era suyo el lenguaje del delirio.
.............................................................................
Siria

Decían en la Antigüedad que la poesía
es una escalera a Dios. Tal vez no lo sea
cuando me lees ahora. Pero lo supe el día
que por ti volví a encontrar mi voz, disuelto
en un rebaño de nubes y de cabras
revoltosas, que desde un risco acababan con las hojas
del ciruelo y la anea, y los rostros enflaquecidos
de la luna y del sol se fundían;
el motor estaba averiado y una flecha
de sangre sobre una roca señalaba
el camino de Alepo.
................................................................................
Casa en la playa

El viaje termina aquí:
en los afanes mezquinos que dividen el alma
que ya no sabe dar un grito.
Ahora los minutos son iguales y fijos
como las vueltas de rueda de la bomba.
Una vuelta: un subir de agua que retumba.
Otra vuelta, más agua, a veces un chirrido.

El viaje acaba en esta playa
que pulsa asidua y lenta la marea.
Excepto perezosos humos
nada revela la marina
que urden de cuencas las ligeras brisas,
y es raro que aparezca en la bonanza muda,
entre las islas del aire vagabundas,
la jorobada Córcega o Capraia.

Tú me preguntas si todo se reduce
a esta poca niebla de memorias,
si en la hora que aturde o en el desvarío
de la ola se cumplen nuestras vidas.
Quisiera decirte que no, que se aproxima la hora
en que te será dado huir del tiempo;
tal vez sólo quien quiere se eterniza,
y ese es tu caso, a lo mejor, no el mío.
Pienso que para los más no hay salvación
y sólo alguno altera los designios,
cruza el vado, se encuentra como quiso.
Quisiera antes de ceder mostrarte
la senda de esta fuga, frágil
como en los turbulentos campos
del mar crestas o espumas.
También te cedo mi esperanza avara.
Últimamente, exhausto, la descuido.
La ofrezco en prenda a tu destino, que te ampare.

El camino termina en esta orilla
que la marea corroe con movimiento alterno.
Tu corazón cercano que no me oye
tal vez ya zarpa hacia lo eterno.
.....................................................................................
Bajo la lluvia

Un murmullo; y tu casa se empaña
como en la bruma del recuerdo.
Y lagrimea la palma ahora que sorda oprime
en el calor de los invernaderos
la corrupción que encierra incluso las desnudas
esperanzas y el pensamiento que remuerde.

"Por amor de la fiebre"...me conduce
hacia ti un remolino. Brilla, bermeja,
una cortina, se cierra una ventana.
En la rampa materna ahora camina,
cáscara de huevo que va entre el barro líquido,
poca vida entre un batir de luz y sombra.

Chillaba Adiós muchachos, compañeros
de mi vida, tu disco desde el patio:
y amada me es la máscara si aún,
detrás del molinete de la suerte,
me queda el salto que devuelve
a tu sendero.

Contemplo los brillantes chaparrones y al fondo, como nubes,
el humo dilatado de una nave.
Despunta un claro...
                                  Y por ti comprendo
lo que osa la cigüeña cuando al alzar el vuelo
desde la punta neblinosa
se va aleteando hacia Ciudad del Cabo.